En el maremágnum de informaciones y rumores que volvían a poner en la órbita del Unicaja a Kostas Vasileiadis, este periódico pudo arrojar algo de luz sobre el caso, localizando al jugador en Salónica, en pleno parón con su selección antes de venir a Sevilla con Grecia. Vasileiadis atendió a este periódico y, tras manifestar su profundo deseo por regresar a Málaga, analizó al Unicaja, lo que había visto el pasado año, en la televisión y también in situ, ya que se enfrentó con su exequipo, el Anadolu Efes, a los cajistas en Euroliga. Vasileiadis señaló a varios jugadores (Granger, Dragic o Fran Vázquez), pero destacó especialmente al grupo, ese espíritu de equipo que hacía al Unicaja un rival muy incómodo, muy «coñazo», insufrible, insaciable, rocoso y muy complicado de batir en todo momento.

Vasileiadis vistió ayer la otra camiseta, la del Unicaja, para medirse en Estambul al Anadolu Efes, donde militó el pasado curso. Y pudo saborear el gusto dulce del triunfo, cambiando esa sensación, sabiéndose miembro de un colectivo que aspira a mejorar como grupo, inmerso en una dinámica diferente al que sintió con el Efes. Kostas ya sabe lo que significa jugar en un equipo en toda la extensión de la palabra. Un equipo en el que manda lo colectivo, en el que el jugador no es una estrella (como pasa en el Efes desde hace años), sino una pieza del engranaje, un soldado raso, un miembro de una orquesta cuyo fin es que la música suene bien, que los acordes sean los correctos.

Con automatismos que recordaron mucho al Unicaja que vimos el pasado curso y ante un Efes con grandes jugadores (Draper, Janning, Perperoglou, Saric, Lasme...) pero con pocas ideas, el plantel malagueño conquistó el triunfo en su debut en la Gloria Cup manteniendo siempre al rival a una diferencia sideral. Y lo hizo aún en pañales, sin los lesionados Toolson y Suárez, con Markovic llegado hace menos de una semana, Dragic en pleno debate NBA y hasta cuatro jugadores nuevos que han de tener impacto en el juego: el propio Vasileiadis, Green, Thomas y Golubovic. Con una tremenda actitud, demasiadas pérdidas (18), algunos saltos y un buen partido de Golubovic, el Unicaja ganó. Y lo hizo hasta fácil. Muy meritorio.

Tras el 21-22 inicial, cinco triples consecutivos (3 de Granger, uno de Green y otro de Vasileiadis) rompieron el partido (28-38). Perperoglou mantuvo a los suyos (41-45), pero tras el descanso Plaza encontró su cinco ideal, el Efes no vio aro en seis minutos y el trío exterior Granger-Dragic-Vasileiadis hizo el resto (49-62), con Golubovic muy intenso en ataque. El montenegrino se desmelenó con puntos y buenos minutos. Y ya no hubo más: 67-76. Plaza pudo rotar, probó con Granger y Markovic en pista al mismo tiempo y Dragic subió la bola. Estamos en pretemporada.