El Unicaja por fin ha puesto nombre a las atribuciones concretas que vienen ejerciendo en los últimos años Manolo Rubia y Carlos Jiménez. Hasta el momento, la nominación de Rubia era la de director deportivo, mientras que la de Jiménez era director deportivo adjunto y portavoz del club. La entidad ha querido ahora, en momentos de calma y tranquilidad, darle una vuelta de tuerca a un asunto que, ciertamente, parecía bastante controlado y no necesitaba mayor trasiego. Pero así se ha querido desde el seno de la entidad, que ayer emitió un comunicado informando de los desempeños que van a llevar a cabo cada uno a partir de ahora.

Manolo Rubia deberá llevar consigo una tarjeta de presentación a modo de tríptico, porque pasa a ser «Director de operaciones», llevando la dirección de scouting, asesoramiento a la presidencia, relaciones institucionales del club en materia deportiva, relaciones con la entidad de cantera y dirección de los eventos deportivos. O sea, lo que venía haciendo hasta el momento más la supervisión de las actividades de las que ahora será responsable.

Carlos Jiménez pasa a ser secretario técnico, funciones que ya compartía con Rubia, según la nota enviada por el club «pasa a asumir la función de colaborar en la confección de la plantilla del primer equipo, supervisar su marcha deportiva y prestar asesoramiento deportivo al consejo de administración». Cuestiones que ya venía ejerciendo, porque tanto él como Rubia han confeccionado, junto a Joan Plaza y sus ayudantes, el actual plantel. El exjugador del Unicaja mantiene además su atribución como portavoz de la entidad de Los Guindos.