Prohibido confiarse. El Unicaja recibe mañana al Cedevita Zagreb, a priori, el equipo con menos opciones de clasificación del Grupo B. Una escuadra joven y sin un solo americano. Pero el único que ha sido capaz de ganar en «La Mano de Elías», la guarida del Maccabi Tel Aviv, vigente campeón de Europa, que la pasada semana venció en Málaga, con la inestimable colaboración del trencilla Sreten Radovic. El Cedevita de Jasmin Repesa es un lobo con piel de cordero. Y cuenta con el sello del extécnico verde.

Los equipo de Repesa son imprevisibles y dados a dar la sorpresa. Siempre, desde que el preparador entrena en la Euroliga, ha sucedido así. Cada año, en cada temporada, Repesa ha asaltado una gran pista, un templo del básket europeo. Una hoja de servicios que obliga al Unicaja a andarse con ojo, con mucho ojo. La historia dice que hay que tener mucho cuidado con los equipos del croata. Desde que se hizo cargo de la Fortitudo de Bolonia ha ido dando sustos por el Viejo Continente.

En el curso 2002/03, con una Fortitudo en formación y cociéndose a fuego lento, los italianos vencieron al Real Madrid de Javier Imbroda en la capital de España (73-81). Fue en la siguiente campaña, en la que el cuadro boloñés alcanzó la mismísima Final Four, en la que destrozó al CSKA en Moscú (70-71) y al Maccabi en Tel Aviv (89-99). Era un equipo de campanillas, con Vujanic, Mancinelli, Delfino, Basile, Lorbek o Smodis.

En la campaña 2004/04, el equipo de Repesa asaltó el Palacio de «La Paz y la Amistad» de Atenas, donde juega el Olympiacos (71-76) e hizo lo propio en la pista del Real Madrid: 79-81. Y en su último año en Bolonia, con mucho menos dinero ya, fue capaz de ganar al Zalgiris en Kaunas, ante jugadores de nivel como Kenneth Anderson, Maciulis, Darjus Lavrinovic, Jankunas o el conocido Tanoka Beard.

Año tras año, con sus equipos, Repesa ha sido capaz de dar la sorpresa en varias ocasiones por curso. Después de su etapa en Bolonia fichó por Roma, donde en la temporada 2006/07, con el cajista Jon Stefansson en sus filas, el cuadro romano pudo, en su propia pista italiana, con el Maccabi Tel Aviv: 88-81. Y en el siguiente curso, con mejor equipo (Jaaber, David Hawkins, Fucka o Lorbek), el Roma de Repesa hincó el diente al Barcelona en el Palau Blaugrana (75-77). Y en casa dieron buena cuenta del Panathinaikos (85-67) y del Real Madrid (69-64).

En Málaga ya conocemos bien la medicina que le gusta impartir a Repesa. En una temporada muy irregular -aunque bastante buena en Euroliga-, el Unicaja fue capaz de asaltar la pista del todopoderoso Maccabi (62-64) y de ganar, por primera vez en la historia del club de Los Guindos, el Universal Sports Hall donde juega el CSKA en Moscú: 81-94.

Ahora, con su Cedevita, ya ha dado buena cuenta de que sigue siendo fiel a sus principios de dar buenos sustos a rivales que, a priori, son muy superiores y favoritos. Hace dos semanas llegaba colista del Grupo B a Tel Aviv, sin victorias, y logró vencer en la pista del campeón de Europa:

73-83. Es el sello de Repesa, el entrenador de las victorias imposibles.