El pasado fin de semana en Las Palmas ha dado para mucho. En lo estrictamente deportivo, en el parqué del Gran Canaria Arena, y también en los dos hoteles en los que estaban concentrados los equipos que disputaban la Copa del Rey. El Santa Catalina, cuartel general del Unicaja en su estancia en Las Palmas, fue un hervidero desde el jueves por la mañana de idas y venidas, conversaciones informales, conversaciones algo más serias y apertura de negociaciones pensando en el futuro inmediato.

Después de cuatro días en los que el mercado de cara al próximo verano comenzó a agitarse en Canarias, hay un mensaje que en el mundillo del baloncesto es unánime entre representantes, directivos y prensa especializada: Jayson Granger no seguirá la próxima temporada en el Unicaja.

Evidentemente no es nada oficial. Lo único real e indiscutible es que el jugador tiene contrato en Málaga hasta el próximo mes de junio y que la entidad de Los Guindos tratará de convencerlo para que siga con una oferta por dos o tres años más. Granger, además, siempre ha manifestado que está feliz en Málaga y en el Unicaja y que su primera opción será siempre continuar en el equipo verde, lo que pasa es que la situación contractual del base invita a los equipos grandes de Europa e incluso a más de una franquicia de la NBA a tentar al jugador con un contrato millonario contra el que el Unicaja no va a poder competir.

Es más, los dirigentes cajistas saben que su renovación es a día de hoy «imposible». Así lo manifiestan extraoficialmente, en conversaciones fuera de micrófono o grabadora. De puertas para fuera, sin embargo, la consigna es «pelear» por intentar que amplíe su vinculación, al considerar a Granger como uno de los jugadores más importantes de la plantilla.

La cuestión es un problema puramente presupuestario. Cualquier equipo ruso, turco o griego puede ofrecerle unas cifras que para el Unicaja serían prohibitivas, sobre todo teniendo en cuenta que la próxima campaña cambia su situación fiscal y tributa al 52%, por lo que el coste club de su renovación para equipararle en el contrato su sueldo neto a cualquiera de esas posibles ofertas de otros clubes dispara las cifras hasta donde el Unicaja no puede llegar.

Y eso sin contar el interés que varias franquicias de la NBA le han hecho llegar a su agencia de representación. Aquí no hay duda que es imposible competir. Los recientes casos de Kuzmic o de Zoran Dragic son ejemplos claros de que si la NBA quiere a un jugador se lo lleva sí o sí. Y que el futuro de Granger está en la mejor Liga del mundo no lo cuestiona nadie. La duda es si el salto al otro lado del charco será en este verano de 2015 o más adelante.

El caso es que los dirigentes verdes son conocedores de su cartel en el mercado y, aunque no lo pueden decir oficialmente, comienzan a pensar en un Unicaja sin Granger de cara a la próxima temporada. Los próximos meses saldrán decenas de nombres que se vincularán al Unicaja. Es más, ya circulan los primeros: Aaron Jackson y Raulzinho Neto. Son dos de los muchos que van a salir. Tiempo al tiempo.