Dontaye Draper ya representa la primera opción del Unicaja para reforzar el equipo en el caso, como es más que probable, de que Jayson Granger se marche de Málaga. Draper es un jugador muy completo, experto, con experiencia en la Liga Endesa y en la Euroliga, que además tiene pasaporte comunitario, ya que lo adquirió tras jugar en el Cedevita y es internacional con Croacia.

Cuando la opción de ficharle llegó al club enseguida gustó, tal y como explicó La Opinión la semana pasada. Porque es el tipo de director de juego que busca el Unicaja, un primer espada que haga compañía a un segundo base del gran nivel de Stefan Markovic. Sí que levanta algún recelo su porcentaje en el perímetro (32% de tres con el Efes en Euroliga), pero de él llama más la atención sus virtudes: gran control del tempo del partido, manejador de balón, visión de juego, compromiso y actividad defensiva... Todo muy valorado y ensalzado por Joan Plaza.

Claro que tratar de fichar a Draper, de 30 años y 1,81 metros, no va a ser sencillo, y el Unicaja ya ha comenzado a hacer cuentas. El base fichó el pasado verano por dos temporadas con el Efes, tras acabar su ciclo en el Real Madrid. Este curso ha ganado un millón de euros libres de impuesto, un dineral que en Málaga no se puede pagar ni de lejos. La opción de que venga sí que es real, porque no va a continuar en el club otomano la segunda campaña que tenía acordada, por la que va a recibir una buena indemnización.

Y ahí es donde el Unicaja se posiciona, ya que Draper desea volver a España y el club de Los Guindos puede hacer frente a un buen sueldo, que se completaría con la indemnización del base. Así llegaron, por ejemplo, Nik Caner-Medley (Maccabi) o James Gist (Fenerbahce). El Efes sigue aún en competición, jugando la final, por lo que su posible contratación aún requiere tiempo. Y dinero.