El Unicaja quiere renovar lo antes posible el contrato de Joan Plaza. Es un secreto a voces que el club quiere que el técnico catalán, llegado al banquillo verde hace ahora dos veranos, siga siendo el «jefe» en la pista del primer equipo cajista las próximas temporadas. La novedad radica en que los primeros pasos oficiales para que el deseo del club se convierta en realidad ya se han dado, aunque el acuerdo, según ha podido saber este diario, por ahora, debe esperar.

Desde que acabó la temporada, hace ahora poco más de un mes, la renovación de buena parte de la plantilla ha sido un objetivo prioritario en los despachos del club -se han fichado ya cinco jugadores-, pero sin dejar de lado el gran otro reto: «atar» a Joan Plaza al menos dos temporadas más.

El pasado miércoles 15 de julio, el representante de Plaza, José Ortiz, se desplazó a Málaga para acompañar a Dani Díez (al que también representa) en su puesta de largo como jugador verde. Ese día, Ortiz almorzó en un conocido restaurante de la capital con Ángel Bordes, gerente del club y mano derecha del presidente, Eduardo García.

En el almuerzo se puso de manifiesto el deseo de la entidad cajista de ampliar el contrato actual de Joan Plaza, que culmina el próximo junio de 2016. De esa primera conversación salió una propuesta que el club envió el fin de semana siguiente al propio Ortiz y que según ha podido constatar La Opinión de Málaga ha sido rechazado por el representante de Plaza.

La oferta que el club ha trasladado al entorno del entrenador es una pequeña mejora salarial para la temporada que ya tiene firmada, la inminente 2015/2016, y un nuevo contrato para las dos siguientes, es decir hasta el 30 de junio de 2018, aunque con una cláusula de salida el verano de 2017. Como siempre no han trascendido las cifras económicas de la operación, aunque sí que los representantes del entrenador han considerado que son «bajas» para el caché que tiene en la actualidad el técnico barcelonés, por lo que se ha declinado el ofrecimiento.

Hay que recordar que Plaza llegó el verano de 2013 a Málaga procedente del Zalgiris lituano. Tras una mala temporada con Jasmin Repesa, en la que el Unicaja no estuvo ni en la Copa del Rey ni en el play off por el título, Plaza fue la panacea que Eduardo García encontró en el mercado. El que fuera técnico del Real Madrid y del Cajasol de Sevilla, entre otros, firmó un contrato por dos campañas, que durante el pasado curso fue renovado por una temporada más, la que ahora comienza.

El problema es que en Los Guindos se ha pasado cierto «miedo» semanas atrás cuando algún equipo que otro se ha interesado por la situación contractual del entrenador verde. El Barcelona, tras el fiasco en la finalísima de la ACB ante el Real Madrid, barajó la opción de pagar los 140.000 euros de la cláusula de rescisión que tiene Plaza con tal de incorporar al barcelonés a la disciplina azulgrana, algo que afortunadamente, al final, no se concretó.

El EA7 Armani de Milán puso encima de la mesa de José Ortiz una buena propuesta económica para que Plaza abandonara Málaga camino del norte de Italia. El propio técnico fue el que rechazó la oferta por lo arriesgado de emprender otra aventura europea en un club que depende demasiado de Giorgio Armani para ser solvente en lo económico y en lo deportivo. Y es que tras lo que le ocurrió en Kaunas, el catalán no quiere más «experimentos» continentales.

Si a esto unimos los incesantes cantos de sirena que le llegan a Plaza cada vez que la Federación Española busca seleccionador... pues se entiende el deseo que hay en los rectores de Los Guindos de atar cuanto antes al técnico para poder respirar tranquilos.

Además, los directivos verdes son conscientes de que Joan Plaza se ha convertido en todo un icono para la afición cajista. Que su ampliación de contrato sería una gran noticia para la «marea verde». Y es que el público muestra su adoración por el entrenador en cada partido siendo más aplaudido incluso que los jugadores cuando el speaker presenta a la plantilla verde en el Martín Carpena.

El barcelonés, además, ha demostrado estos dos últimos cursos que es un gran entrenador y por eso el deseo es que siga en Málaga durante al menos dos o tres años más. El primer intento ha sido nulo. Toca mover ficha otra vez. Cuanto antes, mejor.