Un mes de competición, más luces que sombras, una doble cara mostrada entre Euroliga y Liga Endesa y la sensación de que hay mucha materia prima en el equipo malagueño, aún por pulir y descubrir. El fin de semana del 2-3 de octubre arrancó la Supercopa, el primer torneo oficial del curso, tras un larguísimo verano. Hace ya justo un mes, tiempo en el que el Unicaja ha proseguido con la construcción de un nuevo proyecto al que se le adivina un futuro más que interesante, aunque dejando también alguna sombra y con el mal cuerpo que dejó el equipo verde el domingo en Bilbao.

La obra está aún en los cimientos y se atisba un amplio margen de mejora para una plantilla con seis caras nuevas y un entrenador, Joan Plaza, que está todavía buscando lo mejor de sus hombres, repartiendo minutos y tratando de que el Unicaja sea una cuestión de 12.

Entre números y sensaciones, los malagueños están mostrándose solventes. Nueve encuentros disputados (cuatro de Liga, tres de Euroliga y dos de Supercopa) con seis victorias y tres derrotas. Invicto en la competición continental, a sólo un par de victorias del Top 16, aunque con dudas en la ACB, alimentadas en las dos últimas jornadas, saldadas con derrotas.

En realidad, lo que está siendo este Unicaja se comprobó a la perfección en la Supercopa. En las semifinales se vio a un Unicaja superlativo que arrasó con el Real Madrid. El Carpena entró en erupción con lo visto en la pista y la paliza (94-79) a los blancos. Pero menos de 24 horas después, ese Unicaja poderosísimo se achicó ante un Barcelona que le sacó rápido de la pista y ante el que no encontró respuestas en ningún lado de la cancha. Esas dos caras mostradas por el cuadro de Joan Plaza en la Supercopa se ha visto también es este primer mes de curso.

El Unicaja sufrió para vencer en Murcia y ganó con mucha solvencia ante el Brose alemán y casi sin despeinarse frente al Fuenlabrada. Lo vivido después ante el Maccabi Tel Aviv fue, sin ningún género de dudas, de lo mejor de los últimos años, con un partidazo, intercambiando canastas, y la victoria se vino a Málaga. Sin embargo, a partir de entonces, el Unicaja bajó el ritmo, el nivel. Especialmente llamativo es el doble rasero que ha mostrado cuando ha pasado de disputar la Euroliga a la ACB.

Tras vencer al Maccabi se vino abajo contra el Laboral Kutxa, en un último cuarto en el que el Unicaja perdió el norte y malgastó 10 puntos de renta. Hubo examen de conciencia, y los malagueños, de nuevo en Europa, mostraron su mejor nivel ante el poderoso Darussafaka Dogus. Sin embargo, cuando tuvo que reeditar ese mismo papel en la ACB agachó la cabeza y le cayeron chuzos de punta ante el Dominion Bilbao.

Al equipo le falta aún mucho trabajo y rodaje para alcanzar su máximo. El equipo acumula un promedio de 75,9 puntos a favor y recibe 73,3 en estos nueve primeros encuentros. Plaza, en su apuesta por rotar para tener a la gente fresca e involucrar a los que han comenzado con un nivel más bajo, utiliza a sus 12 hombres siempre, salvo con las lesiones de Edwin Jackson (baja un partido por un esguince) y Germán (ausente los dos últimos duelos por un golpe en el cuádriceps). Se esperaba algo más, sobre todo regularidad. Nada que no cure el trabajo. Y el tiempo.