E­l primero de los dos días de asueto concedidos por Joan Plaza a su plantilla se esfumó el lunes. Hoy martes culminará el descanso con una profunda y necesaria reflexión en todos los estamentos del club. El presidente del Unicaja, Eduardo García, aplicó la lógica y habló públicamente tras estar demasiado tiempo en la sombra. Los que están deben sacar al equipo del hoyo. Fichar al decimocuarto jugador de la plantilla, salvo que se ponga a tiro un crack, carece de sentido común para un equipo que verá la Copa del Rey por la tele. Once días sin partidos van a dar para recuperar a Richard Hendrix y, probablemente al serbio Markovic. Recuperado el base y el pívot titulares, el Unicaja debe tratar de jugar a otra cosa. Parece difícil seguir esa caída en picado. Tocado fondo es hora de subir. Por sentido común y porque todo el mundo en este Unicaja se va a jugar algo de aquí a final de curso.

El entrenador del equipo tiene toda la confianza del club. Tras dos años magníficos, este verano, pleno de poder en el área deportiva, realizó cambios que han salido rana. Plaza se está jugando su prestigio y, quizá, algo más.

En los mentideros del básket se habla de que el técnico difícilmente seguirá en Málaga, sin un proyecto de Euroliga. El caso es que tiene sólo 11 clubes con Licencias A a donde ir, más el invitado Darussafaka. Y un mal curso en el Unicaja podría cerrarle las puertas lejos de un gran proyecto. Aquí, eso sí, tiene dos temporadas más firmadas, aunque puede hacer efectivo el pago de su cláusula este verano. Su caché, si fracasa esta temporada, no será el mismo, naturalmente, que tras sus primeros dos cursos en Málaga, repletos de éxitos. Y en semejante tesitura se encuentra toda la plantilla cajista.

De cara al Unicaja 2016/17 sólo hay tres jugadores con contratos garantizados: Carlos Suárez, Dani Díez y Fran Vázquez. Ni Markovic ni Alberto Díaz ni Edwin Jackson ni Will Thomas ni Richard Hendrix tienen vinculación con el Unicaja más allá del próximo 30 de junio, al igual que los temporeros DeMarcus Nelson y Jack Cooley. Todos ellos deben dar un paso al frente, tratar de mejorar, de mostrarse y ponerse en el escaparate. Bien para renovar con el club de Los Guindos o para salir al mercado siendo jugadores apetecibles y revalorizados.

El Unicaja se guardó sendas opciones de renovación por Nemanja Nedovic y Jamar Smith, que deberá ejecutar o no en verano. Y, aunque todos los profesionales quieren seguir en Euroliga, lo cierto es que el próximo curso habrá al menos 100 jugadores fuera de la rueda de la mejor competición continental. La reducción de 24 a sólo 16 clubes, impulsada por Jordi Bertomeu y que expulsa virtualmente al Unicaja, borra del mapa ocho plantillas y a unos 100 jugadores. Que irán a Eurocup o FIBA y, por consecuencia, a clubes que van a tener menos dinero, porque el verdadero pastel se reparte en Euroliga.

De los que tienen contrato en vigor, ni Suárez ni Vázquez están rindiendo al nivel esperado y deseado. La reconversión del alero al puesto de ala-pívot le está «matando». Y no se observa ningún atisbo de cambio en la idea de Plaza. El mejor alero nacional del pasado año es un «cuatro» vulgar, al que se ve incómodo, fuera de su hábitat, en un rol en el que no encaja, encorsetado. Y Fran está jugando, probablemente, su peor temporada como jugador profesional. Se confía en Dani Díez, con dos años más de contrato, y que ocupará el puesto de Kuzminskas en el equipo.

El lituano aguardará una oferta cajista a final de curso, pero su futuro se atisba lejos de Málaga. En un equipo top de Euroliga, posiblemente. Darussafaka y los equipos rusos le siguen de cerca. Y los Celtics de la NBA. El elegido mejor alero de la Euroliga lleva un mes horrible. Y sólo Thomas está dando siempre la cara. El comunitario tendrá novias en verano y su buen año se verá recompensado. Aunque, como todos y el propio «Kuza», debe espabilar.

En la Copa del Rey de A Coruña se abre oficiosamente el mercado de fichajes. Allí apalabró el Unicaja a Dani Díez el pasado curso. Jugadores que ahora están lesionados, como Markovic o Hendrix, deben brillar también en el segundo tramo de esta campaña. El serbio jugó a un gran nivel, pero el americano aún no ha dado lo que se le espera. Hendrix, con 29 años, debe dar mucho más de sí. Y, tras su fiasco en Valencia y no estar cuajando en Málaga, Nedovic debe espabilar también si quiere tener «novias».

En los despachos ocurre algo similar. La elección de jugadores ha sido discutible y los temporeros no han llegado al nivel. Ni se han filtrado bien ni se ha elegido correctamente. La cúpula debe rendir cuentas al consejo de administración. Y los máximos responsables, a la entidad. Esto es una gran cadena. Si algo falla, se parte. Todo el mundo se juega algo en el Unicaja.