Nunca el dicho popular de «cualquier tiempo pasado fue mejor» pudo reflejar más fielmente la situación de una entidad deportiva. Y es que cualquier parecido entre el anterior Unicaja 2014/2015 y éste de 2015/2016 es, a día de hoy, solo pura coincidencia.

La verdad es que la espiral negativa y de autodestrucción que ha llevado al club de Los Guindos a su actual crisis de juego y resultados resulta casi inexplicable teniendo en cuenta el pasado reciente de la última temporada, en la que el equipo verde fue uno de los que mejor baloncesto hizo durante todo el año en España y también en Europa.

Atrás queda -ya casi en el olvido- un curso pasado en el que el equipo fue 21 jornadas líder de la Liga Endesa, semifinalista de la Copa del Rey y también semifinalista de la Liga, quedándose a una canasta de la mismísima final, tras un play off contra el Barça que se decidió en el último ataque del último partido.

El caso es que hace justo ahora un año, el equipo era líder indiscutible de la clasificación liguera, con 18 victorias y 3 derrotas, tras 21 jornadas. Unos números diametralmente opuestos al balance 10-11 que firma el equipo actualmente, tras ceder anteayer en el Martín Carpena frente al UCAM de Murcia su undécimo choque liguero de este curso.

Los de Joan Plaza han perdido los últimos 12 meses todo lo bueno que demostraron la campaña anterior. El carácter ha desaparecido, el espíritu de lucha casi nunca aparece y el gen competitivo brilla por su ausencia en un vestuario en el que el buen rollo del año anterior también ha pasado a la historia.

Joan Plaza habló el domingo, tras la derrota ante los murcianos, de algunos fallos en la planificación. Desde luego, el cambio de cromos que ha habido en el plantel el pasado verano es evidente que ha destrozado lo que era un proyecto ilusionante, competitivo y ganador para dejar paso a otro que es decepcionante, perdedor y carente de identidad, encabezado por una plantilla descompensada, sin chispa y apática cada vez que el marcador se pone en contra.

Hay un dato muy curioso y que invita a una profunda reflexión. En la misma jornada liguera que la jugada este pasado fin de semana, la 21 de la Fase Regular, el Unicaja ganó el curso pasado en la pista del Gipuzkoa Basket. Fue el triunfo número 18 del equipo verde en aquella Liga 2014/2015. Se logró tras un partido muy competido y que ganó el Unicaja 72-76 en el esprint final. Aquel día, los cuatro máximos anotadores del Unicaja fueron Vladimir Golubovic (16), Ryan Toolson (15), Jayson Granger (14) y Kostas Vasileiadis (10). Ninguno de los cuatro sigue en el club en la actualidad.

Al base uruguayo fue imposible retenerlo ante la oferta económica estratosférica del Efes turco. En este caso el club se dejó la vida en el intento, pero «Jay» quería progresar y se fue al conjunto estambulí. Imposible hacer más. Con los otros tres, sin embargo, no se quiso seguir contando. Es más, a Toolson y Vasileiadis se les buscó sustituto con la temporada todavía en juego. Y es que mientras el Unicaja jugaba el play off por el título el pasado mes de junio, en los despachos de Los Guindos se trabajaba ya en la incorporación de sus respectivos recambios.

Fue en su momento un secreto a voces que mientras el americano y el griego sudaban la camiseta para llevar al Unicaja a lo más alto en el pasado play off, el club ya le había echado el ojo a Edwin Jackson -entonces en el Barcelona- y también a Jamar Smith, del que se despidieron en Limoges ­-su anterior equipo- la misma noche que el equipo galo ganó la liga francesa. Aquel día, su presidente, Frederic Forte, desveló públicamente en la fiesta de celebración de los limusinos que Smith había firmado ya un acuerdo con el Unicaja, algo que en Los Guindos se hizo oficial días después.

Sea por unas cosas o por otras, lo cierto es que el nuevo proyecto «parido» por Plaza y los rectores del club no ha rendido al nivel esperado. Tras no jugar la Copa del Rey y tener la Euroliga virtualmente perdida, la crisis se ha instalado en el club costasoleño. Una situación tan inesperada como complicada, con el play off por el título de Liga, el último objetivo del curso, asomando amenazante en el horizonte. Tiempo hay para mejorar. No queda otra que seguir trabajando.