Sin buenas opciones en el mercado -al menos al precio que puede pagar el Unicaja- y convencidos en los despachos de Los Guindos de que el equipo parece haber entrado en una buena dinámica, el Unicaja se da un respiro en la búsqueda de un refuerzo para su juego interior. Ni ala-pívot ni pívot. Por el momento, la búsqueda queda en stand by.

La Opinión de Málaga ha venido informando puntualmente durante los últimos días del deseo del club cajista de fichar a un jugador interior, tras la salida hacia el Maccabi israelí de Richard Hendrix. En principio las miras se fijaron en el mercado europeo de «centers» o en su defecto en el de cotonús, ya que las plazas de extracomunitario están saturadas con Cooley, Smith y el recién llegado Hayes.

El nombre que más ha gustado en las oficinas verdes ha sido el de Marko Todorovic, sin ficha en el Khimki ruso, pero con el que el acuerdo económico ha sido imposible. Viendo la buena evolución de Fran Vázquez y el citado Cooley en los dos partidos de esta última semana (Barcelona y Cedevita), el club ha abierto la puerta a incorporar a un ala-pívot, algo que parece, por otro lado más razonable. El propio Carlos Jiménez, secretario técnico, lo apuntó en la rueda de prensa de presentación de Hayes, el pasado viernes. Ahí sobresale el nombre de Nick Caner-Medley, un jugador muy querido en Málaga, que juega ahora e el Astana kazajo -el mismo equipo en el que estaba Hayes- pero que no convence a Joan Plaza por su estado físico.

Entre unas cosas y otras, el caso es que el club va a esperar y de momento no se da prisa por incorporar a ningún jugador que no sea una verdadera ayuda. No precipitarse parece una obligación.