­El lituano Mindaugas Kuzminskas no pudo reprimir la emoción el domingo, tras la dura derrota ante el Valencia Basket y la prematura eliminación del Unicaja de los play off por el título. El alero ha vivido tres temporadas muy intensas en Málaga. Llegó siendo todavía un niño, se sentía «en otro mundo» cuando aterrizó en Málaga, «rechazando ofertas superiores», y tres años después, dice con simpatía: «Me siento un boquerón». Su evolución, en la pista y fuera de ella, ha sido brutal.

Ese chico tímido se ha soltado la melena. En Málaga ha vivido de todo, más experiencias buenas que malas. Y se siente ya, de corazón, parte de este club. Por eso, cuando sonó el bocinazo final, «Kuza» se dio cuenta de que su etapa en Málaga, muy probablemente, se había acabado. Fue el último en marcharse por la bocana de vestuarios, aplaudiendo a la afición. Y cuando toda la plantilla regresó a la pista, de nuevo aguantó hasta el último momento para abandonar, quizá para siempre, el Martín Carpena.

«No tengo palabras para describir cómo me sentía cuando la gente nos ha apoyado tras perder por 30 puntos. Sólo puedo dar las gracias... Gracias a la afición. Por el apoyo que le ha dado el equipo y a mí particularmente», explicó el jugador a la conclusión del duelo.

El jugador cajista se reunió hace un mes con el presidente, Eduardo García, y el secretario técnico, Carlos Jiménez, y les explicó que hasta final de temporada quería esperar antes de tomar una decisión sobre su futuro. «Es la primera vez en mi vida que estoy sin trabajo y no sé cómo van las cosas ahora, no sé cuándo tendré ofertas. Primero quiero hablar con el presidente del Unicaja y vamos a ver lo que va a pasar. Quiero saber mi futuro lo antes posible porque puedo romperme una pierna en la playa», dijo.

Su familia llega hoy desde Lituania y estará en Málaga dos semanas más, porque el día 20 se concentra con su selección. Por ese motivo, ha desestimado acudir a jugar la Liga de Verano de Las Vegas. «Mi sueño siempre ha sido estar en unos Juegos Olímpicos y ahora quiero descansar, quiero estar tranquilo, visitar la ciudad. Málaga es para siempre mi segunda casa. Me gusta la ciudad, la gente...», explicó.

Sobre el futuro, «Kuza» garantizó que el factor económico no va a ser lo más importante a la hora de tomar una decisión. «Para mí el dinero nunca ha sido lo más importante en mi vida. Cuando fiché por el Unicaja tenía otra oferta mayor en un 30 ó 40%. El dinero no es lo más importante en mi vida». Málaga pierde a un «boquerón» báltico.