Kyle Fogg será, salvo sorpresa de última hora, el próximo base de Unicaja. El californiano que comenzó a jugar al baloncesto con 5 años en su Brea natal, vio el pasado verano cumplido uno de sus mayores sueños: Comprarle una casa a su madre. Kyle participó ese verano en el «Torneo del millón de dólares» y lo ganó. Este The Tournament se celebra todos los años en Estados Unidos y formando parte del equipo Overseas Elite junto al azulgrana Shane Lawal o al jugador del Galatasaray Errick McCollum se llevó la victoria. Le tocaron 87.000 dólares y compró una casa a su madre en Chino Hills, California, para que estuviera cerca de su hermana y sus tres sobrinos. Y es que Fogg no ha hecho mucho dinero en el baloncesto a pesar de ser el máximo anotador de las ligas de Finlandia y Alemania, y destacar en Bélgica.

Su vida baloncestística cambio un día de acción de gracias, el 28 de noviembre de 2013. Kyle Fogg estaba sentado tranquilamente en su casa en el sur de California cuando recibió la llamada de dos personas, Jesse Perry y Derrick Crayton. El primero fue su compañero en la universidad de Arizona, el segundo era el entrenador del equipo de Perry, ambos se encontraban en Finlandia, en el último clasificado de la liga finesa, el Lapuan Korikobrat de Lapua. El equipo necesitaba un base y Jesse Perry se acordó de su amigo que en ese momento no tenía trabajo.

Fogg miró en su armario y solo tenía un par de botas y un abrigo de invierno, algo que no parecía suficiente para enfrentarse al frío de una localidad situada a solo 400 kilómetros del círculo polar ártico. Fogg había pasado su vida entre California, Arizona y Texas y no tenía mucha experiencia en la gestión del frío.

Su llegada a esta localidad de 15.000 habitantes se produjo además en una época en la que la noche ocupa 22 de las 24 horas del día. Fuera de la cancha todo fue difícil, pero dentro del parquet las cosas funcionaron a la perfección. El equipo tenía calidad pero no tenía un buen base. Kyle tomó las riendas y el equipo acabó a las puertas del play off. Fogg fue el MVP de la competición con 27 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias por partido. En un partido llegó a anotar 51 puntos siendo portada de todos los periódicos y medios de comunicación del país. Su actuación le abrió las puertas de la liga belga, posteriormente de la liga alemana y ahora de la ACB.

Fogg es un base que ha jugado mucho de escolta, que sabe anotar y en la universidad ganó varios premios como defensor. O sea, un jugador muy completo.

De su vida personal se sabe poco, salvo su gran religiosidad. Fogg de niño nunca pensó que sería un profesional del baloncesto, jugó al futbol y practicó la natación y el beisbol, aunque siempre le gustó el deporte de la pelota naranja. Formado en la universidad de Arizona su mejor amigo es el profesional, Chase Budinger. Seguidor de Luther King y Mandela, hizo suya la frase del líder sudafricano: «La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo» y es un activo colaborador de la ONG Pencils of Promise, que se dedica a construir escuelas por todo el mundo.

Fogg está ahora intentado recaudar dinero para construir una escuela en Ghana. Es el buen samaritano que intentara guiar al Unicaja al éxito desde la posición de base la próxima temporada. Suerte?