Joan Plaza está de vacaciones desde la semana pasada. El entrenador catalán se fue de Málaga con el convencimiento general de que volverá en agosto para hacerse cargo del equipo verde, al que le unen todavía dos años más de contrato. Pero, ¿es ya una decisión firme y definitiva?

La verdad es que en Los Guindos nadie se atreve a asegurar al cien por cien que Joan Plaza será el entrenador del Unicaja 2016/2017. Y no porque en el club haya dudas o se esté barajando alguna otra opción. La respuesta de los «jefes» verdes es siempre la misma: «Plaza tiene contrato, pero si viene alguien y paga la cláusula...»

El caso es que en Barcelona sigue sonando su nombre con mucha fuerza como sustituto de Xavi Pascual, que pase lo que pase en este final de Liga, está sentenciado. También es verdad que hay otros candidatos al banquillo culé, pero mientras esté abierta esa opción, cualquier cosa puede pasar.

Como todo el mundo sabe, la relación entre Joan Plaza y los rectores cajistas ha pasado por momentos difíciles esta última temporada. El técnico cree que ha recibido poco apoyo desde dentro de la entidad en la peor racha de resultados y juego del equipo, algo que ha minado el día a día entre ambas partes. No obstante, también es cierto que la sintonía mejoró las últimas semanas, hasta el punto de que Plaza participó en todas las decisiones de altas y bajas que ya se han producido o están en camino de producirse y habló personalmente, por ejemplo, con Dejan Musli, antes de su fichaje, como el propio pívot serbio ha reconocido.

El problema está en que Joan Plaza no vería con malos ojos cambiar de aires, si es a un equipo de Euroliga, algo que el FC Barcelona le puede ofrecer.

En los últimos meses se han vinculado varios nombres al banquillo culé. Algunos, eso sí, ya están descartados. David Blatt, uno de los que sonó con fuerza, firmó hace ya varias semanas por el Darussafaka Dogus turco. Tampoco recalará en Barcelona Georgios Bartzokas, que renovó con el Lokomotiv Kuban ruso. Sarunas Jasikevicius y el propio Joan Plaza son los que todavía suenan con fuerza, aunque en algunas otras quinielas también se incluya algún nombre más como el de Andrea Trinchieri, esta última campaña en el Brose alemán.

La cuestión es que en el momento que acabe la Liga, el Barcelona anunciará que Pascual deja de ser el técnico culé. Si entonces el Barça quiere apostar por Plaza, deberá pagar su cláusula de rescisión, que es de 300.000 euros hasta el 10 de julio, fecha límite para que el catalán abandone el club de Los Guindos. O sea, que por delante hay como máximo tres semanas de margen para saber qué va a pasar -si es que el Barça no se decide por otra opción antes de esa fecha-.

En Los Guindos cuentan con Plaza. Tiene contrato. Pero todavía nadie puede dar nada por hecho.