­Sin Caja de Ronda -ahora Unicaja-, Málaga no tendría baloncesto de elite. 40 años se han cumplido ya desde que la entidad ahorradora decidiera dar el paso y comenzara a confiar en el deporte de la canasta, por el que tanto ha apostado y tanto ha dado. El baloncesto malagueño es hoy reconocido y admirado en España y en Europa gracias a la creación, hace 40 años, de la Sociedad Deportiva Caja de Ronda, sostenida ahora por Unicaja Banco. Sin el patrocinador más longevo del baloncesto español, los aficionados malagueños jamás habrían visto a su equipo durante 16 temporadas en la Euroliga, no habrían disfrutado de tres títulos (Copa Korac’01, Copa del Rey’05 y ACB’06). Y es que justo ayer, un 29 de agosto de 1977, Caja de Ronda inició su idilio con el deporte de la canasta.

El baloncesto malagueño comenzó a tomar forma allá por los años 40, tras la Guerra Civil. Tal y como relató en este periódico Guillermo Jiménez Smerdou en su sección «Memorias de Málaga», se inició con equipos como SEU, Mercado de Mayoristas o Frente de Juventudes… Partidos disputados en San Estanislao, Salesianos o Maristas, e incluso en la plaza de toros de La Malagueta.

El baloncesto germinó en nuestra ciudad de la mano de clubes como el CD Málaga o el Club Gudaljaire, y con gente que se dedicó en cuerpo y alma al deporte de la canasta. Alfonso Queipo de Llano es el hombre clave en el baloncesto malagueño y el primer entrenador del Caja de Ronda. Él junto a otros amantes del básket, como José María Martín Urbano, engatusaron a Paco Moreno -a la postre secretario de la Sociedad Deportiva Caja de Ronda- para que la entidad financiera se uniera a la aventura. La firma de ese «matrimonio» se celebró hace justo 40 años, el 29 de agosto de 1977.

El club sólo necesitó un lustro para lograr, hace ya 35 años, el primer ascenso del Caja de Ronda a la Primera Nacional -ahora Liga ACB- y su crecimiento ya resultó imparable. En 1992 absorbió a Mayoral Maristas, y ahí se inició la época más increíble que se pueda escribir y recordar, con presidentes como Raimundo Trespalacios o José Manuel Domínguez, que dieron paso a Ángel Fernández Noriega, donde se dio un paso al frente brutal, con la llegada de Bozidar Maljkovic al banquillo, tras el éxito del subcampeonato liguero en 1995 con Javier Imbroda.

El genio de Otacec fue el primero de una larga lista de técnicos ilustres que se han sentado en el banquillo malagueño, como Sergio Scariolo, Aíto García Reneses y ahora Joan Plaza. Con ellos se ha tocado la gloria: el Unicaja fue el primer club deportivo andaluz en conquistar un título europeo: la Korac del año 2001, con Boza Maljkovic. A ese título le siguieron después la Copa del Rey (2005), Liga ACB (2006) y la presencia en la Final Four de la Euroliga de 2007.