E­l Unicaja echó el cierre a su segunda semana de trabajo con el Torneo EncestaRías, en Villagarcía de Arousa. Tras un plácido debut el sábado por la noche ante el Leyma Coruña de LEB Oro, un día después pagó el cansancio, la pesadez de piernas y otros «pecados» lógicos de pretemporada (63-79). Falta muchísimo trabajo por delante, hay mucho por pulir y ahora, en Benahavís, llega una semana de comunión para hacer equipo.

Partido repleto de imprecisiones. El Unicaja afrontó el encuentro ante el Baskonia tras dos semanas de dobles sesiones de trabajo y un partido disputado, ante el Leyma Coruña, menos de 24 horas antes. Hay momentos en los que los bases y exteriores del Unicaja parecían pesos pesados moviéndose por la pista, mientras los hombres de Sito Alonso eran avispas, rápidas y acertadas. De ahí nació un partido en el que el Unicaja se mostró muy impreciso, con 18 pérdidas de balón, muchísimas. Alguna, muy tonta. Como la de Musli sacando el balón tras rebote defensivo o una pérdida a media pista de Lafayette. Errores que se repitieron en el lanzamiento de tres (21% de acierto). Abusó el Unicaja del triple, es cierto. Un vistazo a las estadísticas lo deja claro: 26 tiros de dos y 28 de tres. Sin embargo, muchos de esos tiros eran lanzamientos totalmente liberados.

Jugadores que, tras un uno contra uno, doblaban el balón. Pero el equipo estuvo tremendamente desacertado desde la línea de 6,75 metros (6 de 28). Las piernas pesan muchísimo tras todo el trabajo y las muñecas no encuentran el camino. No es preocupante.

Fogg y Smith. En este sentido llamó la atención los malos porcentajes de Jamar Smith y Kyle Fogg. Los dos salieron en el cinco titular. Fogg, como base; Smith, como escolta. Comencemos por la falta de acierto. Es un partido, sólo eso. Y sacar algún tipo de conclusión, además de precipitado, es incoherente y desproporcionado. Jamar ya comenzó la pasada temporada con muchos problemas de fiabilidad. Parece que al americano le cuesta encontrar el ritmo. Que necesita estar fino en lo físico para encontrar el aro, que el trabajo de pretemporada hace que sus piernas no se coordinen con su excelsa muñeca. Su 2 de 9 desde el triple no deja de ser anecdótico.

Kyle Fogg, que anotó 10 puntos, demostró también que está muy pesado. Los bases del Baskonia -Larkin (20 puntos) y Beaubois (24)- se lo pasaron en grande. Con él, con Alberto y con Lafayette. De Fogg, más que no las meta, sí que llama la atención los problemas a la hora de dirigir y de encontrar respuestas acertadas en el cinco contra cinco. Por sus movimientos, por cómo ejecuta el dos contra dos y por cómo se le ve en la pista, a Fogg se le aprecia más como un «dos» que como un «uno». O sea, que es más parecido a Nedovic que a Markovic. O que incluso a Lafayette.

Pívots inutilizados.

El equipo juega a la carrera, prefiere hacerlo así. Los cinco contra cinco se convirtieron en el encuentro ante el Baskonia, tras sólo dos semanas de trabajo, en unos contra unos o dos contra dos. Pero en vez de jugar el «pick and roll» con los hombres altos se penetró para doblar. Dejan Musli fue capaz de buscarse algún tiro cerca del aro. Uno tras capturar un rebote y otro a pase de Jamar Smith. Pero Mbakwe, un jugador descomunal en lo físico, necesita conectar con los pequeños. Él no se busca tiros ni los crea. Es un finalizador. Y debe crear ese feeling necesario con Lafayette, Fogg y compañía. Ante el Baskonia -que anoche cayó ante el UCAM Murcia (70-73)- no se le buscó nunca. Y es un jugador, que por su valor (en lo deportivo y en lo económico) hay que explotar sí o sí.

Crear un equipo. El «cinco» que sacó Plaza ante el Baskonia estuvo compuesto por Fogg, Smith, Díez, Suárez y Mbakwe. Es decir, dos nuevos y tres teóricos jugadores de la segunda unidad. En el quinteto ideal del pasado curso no estaban ni Smith ni Díez ni Suárez, que no jugó el segundo tiempo por una distensión muscular. En su lugar estaban Nedovic, Kuzminskas y Will Thomas. Dos de ellos ya no están. Y «Nedo» sigue con problemas en la rodilla. Es decir, que han dejado el equipo jugadores titularísimos y que tenían minutos, responsabilidad y un rol muy definido. Y eso, no se rehace de un día para otro. Plaza ya ha pedido públicamente que alguno de ellos -señalando a Díez- debe dar un paso al frente.