El dato es sangrante, aunque hace ya algún tiempo que, por desgracia, dejó de llamar la atención. El Unicaja sigue sin conectar con su masa social. No recupera el pulso con la grada, con la «marea verde» que hace una década llenaba el Martín Carpena, que hacía cola en la lista de espera para inscribirse como abonado del club. Tampoco el nuevo abono, más acorde con la mayoría de equipos del estatus del club, ha calado entre la grada. Según publicó hace unos días «Málaga Hoy», 7.100 abonados para este curso 2016/17 -este periódico ha solicitado los datos hasta en tres ocasiones, sin recibirlos-. Mejor que los poco más de 6.000 de hace un lustro, en las vacas flacas de Jasmin Repesa. Pero lejos del potencial de una ciudad de baloncesto como Málaga, otrora envidia del básket europeo.

A pesar de que los precios son económicos, se ha bajado de 200 abonados respecto al pasado curso y la gente no acaba por decidirse. Ha elegido que no le compensa lo que le ofrece, al día de hoy, ni el club ni el equipo. Y el viernes, en el estreno del Unicaja en esta temporada en casa sólo acudieron al Martín Carpena 6.768 personas.

Se trata de la entrada más baja en toda la historia del Palacio de los Deportes en el debut del equipo en la Liga Endesa. Nunca antes, en las 18 temporadas precedentes, había acudido tan poca gente al primer partido oficial del curso en Málaga. La afición sigue dándole la espalda al club y ni siquiera acudieron al partido los abonados de este año.

El problema no es nuevo y en la entidad no hay, visto lo visto, la capacidad para darle la vuelta al asunto. El equipo venía de hacer un debut en la pista del Real Madrid realmente bueno y, a pesar de la derrota, se habían dado muy buenas sensaciones. Pero ni eso convenció a los malagueños, que en un viernes noche (muy tardío), sin fútbol como excusa, decidió quedarse en casa o llevar a cabo otro plan.

Jamás en un debut casero de una campaña había ido tan poca gente a ver al Unicaja. Es más, por primera vez en la historia se ha bajado del listón de los 7.000 espectadores. En concreto, según los datos oficiales: 6.768. Es el peor dato de nunca. Empeora el de la pasada temporada, cuando sólo fueron al Palacio para ver el debut ante el Fuenlabrada en la ACB 7.235 personas. Subió en 2014/15 ante el Andorra a 7.776 y llegó a su pico más bajo, hasta este viernes, en 2013/14, ante el Estudiantes: 7.150.

Con anterioridad nunca se había bajado ni siquiera de los 8.000 asientos ocupados. En la tabla adjunta tienen todas las ocupaciones del Carpena desde que se abrió al público, en 1999/2000, con una ocupación de sólo 8.500. Las posteriores ampliaciones le llevaron a tener casi 11.000 personas.

A cualquier excusa puede agarrarse el aficionado, apático y huidizo en los últimos tiempos. Antes de la llegada de Plaza se había entrado en una depresión de caballo. La reacción del equipo en la pista animó a la afición, que este verano ha dado un paso al lado, haciendo descender de nuevo el número de abonados. Parece más que evidente que la última mala temporada deportiva y una campaña de abonados con un nuevo carné que no ha calado entre la gente han provocado este leve descenso. Y este récord negativo en un debut ACB en casa.