Una puesta en escena sobresaliente, con dominio del rebote, transiciones rápidas, lluvia de triples y juego coral sirvió ayer para que el Unicaja se estrenara a lo grande en la Eurocup. El triunfo de anoche en Montenegro, ante un Buducnost paupérrimo -todo hay que decirlo- fue tan contundente como merecido. Supone, además, un golpe de autoridad en toda regla desde el primer día de un Unicaja que por lo que se vio ayer parece que está en el sitio equivocado por mucho que Jordi Bertomeu y su Euroliga digan lo contrario.

Ni el inesperado madrugón ni el viaje exprés por media Europa ni la baja de Nedovic. Nada ni nadie pudo anoche frenar el ansia cajista de arrancar a lo grande la temporada continental en la pista de un rival superado desde el salto inicial hasta el bocinazo final.

Y es que cinco minutos le aguantó anoche el Buducnost al Unicaja. Ni uno más. A partir del 10-9, todo fue coser y cantar. Jamar Smith abrió la veda desde el perímetro, Dani Díez hurgó la herida y Musli remató en la pintura a un rival que casi sin darse cuenta estaba 20 abajo antes del descanso. Así de sencillo fue... o al menos pareció.

Después de tantos años jugando contra los más grandes del continente, teniendo al otro lado de la pista al Maccabi, al Panathinaikos, al CSKA, al Olympiacos o al Fenerbahce, este KK Buducnost Voli fue anoche poca cosa. Muy poca cosa.

La verdad es que todas las quinielas señalan a los montenegrinos como el quinto en discordia de este grupo, como el equipo que se va a quedar en el camino a las primeras de cambio. Por lo visto ayer será casi un milagro que el -no lo olvidemos- vigente líder de la Liga Adriática esté dentro de tres meses en la segunda fase de la competición. Yo lo veo imposible.

Solo un dato para explicar lo que pasó ayer en el Moraca Arena: Todo el Buducnost firmó ayer un global de 38 de valoración. En el Unicaja, sólo dos jugadores, los dos pívots verdes, sumaron 35. Dejan Musli hizo 20 y el senegalés N´Diaye 15. No hay mucho más que contar.

Aunque fue demasiado fácil y no es hoy día para sacar demasiadas conclusiones, lo cierto es que el equipo de Joan Plaza sigue una evidente línea ascendente. Y ésa es una magnífica noticia. Desde la derrota del día del Tecnyconta Zaragoza en el Carpena, el Unicaja solo ha hecho que progresar. Estoy seguro de que el margen de mejora todavía es casi infinito, pero estas tres últimas victorias consecutivas sirven, desde luego, para calmar los ánimos y mirar al frente con la máxima ilusión.

En un buen día para armarse de moral, el polaco Adam Waczynski aprovechó para mejorar su imagen respecto a partidos precedentes. Sobre todo con su aportación en el segundo cuarto. Anotó, asistió, corrió y participó de la fiesta como el que más. Lástima que empeorara sus números tras el descanso.

Kyle Fogg es el que no acaba de arrancar. Su tarjeta en el partido (8 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias) fue mucho mejor que la imagen que dio el americano, base titular ayer en el estreno continental de los verdes esta temporada. Quizás esos números le ayuden a crecer. Falta le hace a él y al equipo.

La primera victoria ya está en la maleta. El sistema de competición convierte en un trámite para los de Los Guindos esta primera liguilla. Pasarán 4 de los 5 equipos al Top 16 y el Unicaja será, sí o sí, uno de ellos. Lo que pasa es que el que acabe campeón de grupo tendrá una segunda fase más despejada, evitando a los campeones de los otros tres grupos. Por eso había que ganar en Podgorica, para empezar a sumar camino de la zona más alta de la clasificación.

Lo de ayer tampoco va a ser lo habitual en esta Eurocup. Sin ir más lejos, la próxima semana llegará al Carpena el Bayern de Múnich de Sasha Djordjevic. Un rival directo por esa primera plaza del grupo. Antes, el domingo, visita al líder de la Liga Endesa, el Iberostar Tenerife de Fran Vázquez. Esto no para.