Las rarezas tienen su «punto» y el Unicaja ha demostrado por el momento ser un equipo atípico. Al menos, dentro de la complexión de la estructura de equipos que ha fabricado Joan Plaza en sus tres primeros años aquí en Málaga. En su cuarto curso, el entrenador catalán no ha querido un base director de juego y ha formado un perímetro con mucha pólvora. Al equipo, por primera vez, se le ve más preocupado por atacar que por defender. Transforma 81,6 pero encaja 79,5. Algo que debe seguir puliendo.

El equipo tiene un promedio de 39,3 lanzamientos de dos puntos y tira, por partido, una media de 23,8 triples. El miércoles, cuando el club informó de que a la baja de Hamady N´Diaye por lumbalgia se le unió la de Dejan Musli, debido a una fuerte gastroenteritis, el que más y el que menos juró en arameo y visualizó un festival de triples y escaso rendimiento interior, con tiros más alejados de la canasta. Musli ha representado, hasta el momento, la opción más fiable del Unicaja en ataque. Cerca del aro se ha convertido en un verdadero bastión. Así que sin los dos pívots del equipo, más allá del joven Viny Okouo, el «bombardeo» exterior parecía asegurado.

Sin embargo, el transcurso del partido nos deparó un escenario muy diferente. Bien por el tipo de defensa del Zenit o porque el Unicaja se pasó mejor el balón y sus reconvertidos hombres altos (Suárez, Brooks o Díez) eran más rápidos que sus marcadores y prefirieron penetrar, las estadísticas del final del partido fueron realmente sorprendentes.

El Unicaja lanzó 48 tiros de dos puntos, cuando su media esta temporada era de 38,5. Es decir, sin pívots, sin referencias interiores, tiró 10 veces más de dos que de costumbre. Fue el segundo partido con más tiros de dos del Unicaja este año, sólo superado por los 51 que intentó ante el Herbalife Gran Canaria. Ante el Bayern Múnich sólo tiró 30, por ejemplo. Contabilizando los 48 del miércoles, la media es ahora de 39,3.

Y el esperadísimo bombardeo exterior no llegó. El Unicaja tiró 21 triples ante el Zenit, que es su tercera marca más baja de esta campaña. Sólo ante el Joventut (19) y el Buducnost (19) intentó menos triples. Su techo, de hecho, son los 34 ante el Bayern Múnich. Y la media de este curso es de 23,8, casi tres triples menos. Y eso, a pesar de no tener pívots ni un juego interior solvente por las bajas. Son las rarezas de este Unicaja 2016/17 aún muy verde pero que ante el Zenit San Petersburgo (93-86), al menos, volvió a ser agresivo y quiso ganar el partido desde el salto inicial.