­Hoy es un día muy triste para el Unicaja y su pasado reciente. El 20 de diciembre de 2015, hace justo un año, Stefan Markovic sufrió una gravísima lesión en el encuentro ante el CAI en Zaragoza. El base cayó mal tras un salto y se rompió el peroné de su pierna izquierda. Fue operado y su recuperación se prolongó cinco meses. Tanto, que generó tensiones mal manejadas dentro y en el entorno del club. Markovic pasó de ser el «capitán general» del proyecto de Joan Plaza al primer descarte del técnico cuando concluyó la temporada 2015/16. Su ausencia ahora es añorada y estimada. Markovic ha acabado esta Fase Regular de la Eurocup con el Zenit San Petersburgo siendo el jugador con más valoración. Y se le echa mucho de menos. Especialmente, porque su recambio, Oliver Lafayette, está a años luz de lo que se esperaba de él. Y del nivel que ofreció Markovic.

Su grave lesión supuso el principio del final de una temporada de la que se esperaba muchísimo más. El equipo perdió en Zaragoza (76-72) y se alejó de la Copa del Rey, a la que no asistió. Aunque perdió mucho más que un partido. Aquel equipo estaba hecho para que Markovic lo manejara, con exteriores con mucho tiro y músculo, pero poquísima lectura de juego. Él era la clave. Y su rotura del peroné y su larga recuperación fueron un suplicio. Para colmo, no se gestionó bien esa puesta a punto. El base no se sentía preparado para volver, aunque tenía el visto bueno médico. Eso generó tensiones y Plaza pasó al ataque.

Markovic no pudo regresar hasta la jornada 32, a mediados de mayo, en San Sebastián. Prácticamente para tratar de coger la forma antes del final liguero. Pero su suerte ya estaba echada. Como la del equipo, que cayó en cuartos de play off en Valencia. El base ya no era imprescindible. Acabó el curso y no se le comunicó absolutamente nada. Es más, se le puso en tanteo, aunque luego el club renunció a él porque Plaza no le quería en su nuevo proyecto. De «capitán general» a descarte. Por culpa de esa maldita lesión. Hace hoy un año.