Un derbi es un partido diferente. Y el Unicaja-Caja San Fernando ha tenido, históricamente, una doble emoción. Por un lado, la vertiente que más «dolía» en el club: la financiera. Unicaja y Caja San Fernando se disputaron el poder bancario y económico en Andalucía. Ahí, la antigua Caja de Ahorros de Ronda ganó por paliza a la otra entidad financiera con sede en Sevilla. Y, por otro lado, el que más énfasis levantaba entre los aficionados: el duelo territorial, entre aficiones y ciudades. Siempre respetuoso, como debe ser en esto del baloncesto. Cada uno defendiendo sus colores, pero jamás con diferencias que hagan que la sangre llegue al río. Por encima de todo, Unicaja y luego Cajasol han sido y son aficiones deportivas. Este mismo verano, al igual que el anterior, corrió una ola de solidaridad desde Málaga con destino a Sevilla ante la posibilidad de que el club de baloncesto se quedara fuera de la ACB. Así debe ser.

Sucede que en lo deportivo las cosas siempre han estado muy igualadas cuando los partidos se han disputado en San Pablo. De los 24 derbis que se han celebrado en Sevilla desde la unificación del baloncesto malagueño, el Unicaja ha sido capaz de ganar 11. Mordió el polvo en otros 13.

Lleva el equipo malagueño perdiendo en la pista sevillana en sus dos últimas visitas. Y antes jamás se produjo una tercera caída. Nunca en la historia de los derbis en San Pablo el Unicaja cayó en tres partidos consecutivos en otras tantas temporadas cuando actuó como visitante. Sí que perdió dos seguidos en varias ocasiones, como ahora. Pero jamás tres. Así que para que Sevilla siga teniendo un «color especial» para el Unicaja urge retomar la senda del triunfo y vencer allí. Donde ya lo hizo, en su primera temporada en el banquillo costasoleño, Joan Plaza.

En su primer año en Málaga, el entrenador catalán firmó un partido soberbio y ganó por 65-85. Plaza hacía añicos la pizarra de Aíto García Reneses y su Unicaja pasaba por encima del cuadro hispalense. Nik Caner-Medley estuvo especialmente inspirado, con 21 puntos. Zoki Dragic ayudó con 13 y también estuvieron realmente notables tanto Fran Vázquez (12) como Jayson Granger (11).

Pero aquella exhibición no tuvo continuidad en las dos siguientes visitas de Plaza a la que también fue su casa. No hay que olvidar que el catalán vivió una bonita etapa de tres temporadas en el Cajasol, en la que logró que su equipo disputara una final de la Eurocup y que jugase unas semifinales de Copa del Rey. Dos objetivos que firmó con Zan Tabak, el actual entrenador del Real Betis Energía Plus, como ayudante en el banquillo de San Pablo. De hecho, en los prolegómenos del encuentro, el presidente del club, Fernando Moral, hará entrega al técnico de un recuerdo por ese subcampeonato de la Eurocup en el curso 2010/2011.

Hace dos años, el Unicaja cayó 75-70 en Sevilla, tras un descanso competitivo que se atragantó. Kirk Penney anotó 17 puntos y el NBA Kristaps Porzingis se fue a 13 y 9 rebotes. Demasiado para un Unicaja en el que sólo Caleb Green pasó de los 10 puntos, con 13.

Y el año pasado se vivió una de las peores actuaciones cajistas en Sevilla, con otra derrota: 94-84. Bostjan Nachbar firmó un partidazo, con 30 puntos, para liderar a un Unicaja que sólo golpeó con Jamar Smith (18) y Stefan Markovic (14). Dos derrotas consecutivas que hay que cortar sí o sí para no firmar una página negativa en la historia del Unicaja, que nunca ha caído tres años consecutivos en territorio hispalense.

Sí que lo ha hecho dos veces, como ocurrió en los años 2009/10 (63-61) y 2010/11 (82-77). Y también en el 2006/07 (68-66) y 2007/08 (87-83). El Caja San Fernando ya lo logró también en 1998/99 (91-80) y 1999/2000 (74-48). Y el primer «doblete» fue justo después de la unificación, en 1992/93 (93-80) y 1993/94 (96-76). Pero nunca llegó a unir tres triunfos consecutivos. Un hecho que el Unicaja debe evitar mañana domingo, a partir de las 12.30 horas, en San Pablo.