Todos los jugadores son importantes en un equipo. Cada uno aporta de una forma determinada. Uno da su energía, otro su implicación, el anotador ayuda metiendo puntos y el reboteador, lucha bajo los aros. Si el que fichas como tu base titular no funciona tienes un grave problema. Y eso es lo que le ha ocurrido al Unicaja con Oliver Lafayette, que no ha cumplido con las expectativas pero que, entre todos, se le quiere rearmar de moral para que aporte con su experiencia y su solidez en el juego.

El cuerpo técnico mantuvo ayer una reunión con el base americano con pasaporte croata para tratar de involucrarle más en el proyecto y hacerle saber que su fe en él continúa intacta. Que aún está a tiempo de subirse a la nave verde y pilotar al equipo. Mucho más ahora, cuando su indudable talento podría venirle de perlas al equipo ante rivales como Real Madrid, Barcelona y Bayer Múnich o Khimki.

Joan Plaza desveló este martes por la mañana que "todo el staff técnico" mantuvo "una buena conversación" con el base. "Nos va a ayudar en los momentos calientes, espero mucho de él. No va a ser nuestro Nocioni Pero viví momentos parecidos con jugadores como Llull, Raúl López y Pepe Sánchez, en mi tercer año en el Real Madrid. En el segundo teníamos a Tunceri. Hay jugadores que entran en el equipo con un rol pero las circunstancias o otro jugador se lo van comiendo y algunos se sobreponen o se rinden. Mi esperanza aún es que él sea capaz de aportar más y esté en los momentos más importantes con el equipo", explicó el técnico, su gran valedor este verano, cuando se le eligió como recambio de Stefan Markovic.

No será fácil, claro. No se trata de apretar un botón y que Lafayette vuelva a funcionar, como ocurrió en su etapa en el Zalgiris Kaunas, donde ambos coincidieron. Pero se le quiere hacer ver que existe confianza en él y que, si se los gana, tendrá minutos de juego. Se trata de recuperar a jugador que, a la hora de la planificación del curso, era vital. Y también de descargar de responsabilidad a Alberto Díaz ante las duras batallas que se avecinan y de liberar un poco a Kyle Fogg, que ha demostrado ser un magnífico anotador pero un director de juego muy corriente.