Hay veces que el rendimiento de un equipo difiere mucho de la calidad que tiene. En deporte, como en la vida, no todo es tener la capacidad o el talento para hacer las cosas, hay otros factores como la confianza o la motivación que a veces son incluso más importantes. Jorge Valdano definió en una ocasión el fútbol como «un estado de ánimo». La frase ha tenido mucho éxito y el argentino ya utiliza en sus charlas una ampliación de la misma: «El deporte es un estado de ánimo». No podría estar más de acuerdo. Cuando se mandan los mensajes equivocados y los jugadores pierden la figura en la que creer de manera incondicional llegan los problemas.

Este año tenemos dos ejemplos, uno en fútbol y otro en baloncesto: El Atlético de Madrid y el Unicaja. Después de la final de Champions perdida por el Atlético, el «Cholo» Simeone dejó entrever que podría abandonar el club. La rectificación tardó semanas en producirse pero llegó acompañada de una reducción temporal en su contrato. En los últimos meses su familia y él mismo han hablado más de que en un futuro entrenará al Inter de Milán que de su continuidad al lado del río Manzanares. Resultado: La plantilla que antes «moría» por su entrenador ahora sólo «juega» por él. Los resultados se resienten.

En el Unicaja también hemos tenido un verano entretenido. Club y entrenador tenían claro que sus caminos debían separarse pero entraron en un «cuelga tú, no cuelga tú?» y como nadie lo hizo, su relación continuó. El que rompiera el contrato debía pagar y nadie quería hacerlo. El entrenador no encontró un destino mejor y como «daño menor» decidió seguir. El club por su parte decidió no pagar por alejar a Joan Plaza del banquillo. Esto los jugadores lo saben y lo interiorizan.

Un dirigente del club me decía al poco de iniciar la temporada que «esto no ocurriría porque había muchos jugadores nuevos y los veteranos no estaban en eso» pero al final ha ocurrido. El equipo no tiene un líder al que seguir porque saben que el año que viene no estará. Si además lo adornas con declaraciones como: «Es un rival que ahora mismo nos ha ganado los dos partidos, que parten como favoritos completamente» lo terminas de arreglar. ¿Realmente es mejor la plantilla del Bayern que la del Unicaja?.. Yo creo que no.

El Bayern ganó los dos partidos al Unicaja en la primera fase de esta misma Eurocup pero la realidad es que ambos los perdió el equipo verde. En el primero (derrota por 12 en el Carpena), Plaza se empeñó en el juego exterior y el equipo firmó un horrible 6/34 en triples. Sólo lanzó 30 tiros de 2 (Musli hizo 8/12). Una pena que no recibiera más balones. También perder los 8 puntos de ventaja (40-32) mediado el tercer cuarto. En la vuelta, el Unicaja sólo perdió de 3 en otra «exhibición» de triples (3/18).

El Bayern es tercero en la Bundesliga detrás de Brose Basket, con el que perdió 90-59, y del Ulm que le derrotó en Múnich, 79-87. ¿Es el Unicaja peor que Ulm, Brose y Bayern? Yo creo que no, pero si nos presentamos con esta mentalidad y estos mensajes, es probable que la Eurocup y el sueño de la Euroliga mueran juntos en unas semanas.

El Bayern podía perder de 17 en Moscú y ser líder pero fue a ganar y ganó por 20. Ése es el mensaje: ganar y ganar y volver a ganar. Suerte.