Juan Antonio Corbalán Alfocea representa al base que todo entrenador de baloncesto desea para su equipo. Liderazgo, rapidez, eficacia, talento, dureza y una capacidad innata para dirigir y decidir los partidos.

Durante casi dos décadas Corbalán, el juvenil que llegó de tapadillo en la temporada 71/72, fue el general que comandó a una incomparable pléyade de estrellas (Brabender, Delibasic, Juanma Iturriaga o Fernando Martín entre muchos).

Eran los años en los que el Real Madrid ejercía un dominio casi tiránico en el baloncesto patrio a la vez que luchaba a brazo partido contra los grandes rivales del continente (Varese, Milán, Maccabi, CSKA y Cibona) en la auténtica Copa de Europa.

Mientras Corbalán competía por todas las canchas del mundo, en las aulas también demostraba ser un estudiante de categoría. Licenciado en Medicina, y especialista en Cardiología y Medicina deportiva, Juan Antonio demostró que era mucho más que un fabuloso director de juego.

Cuentan las crónicas que, cuando el Caja de Ronda ascendió a la Primera División en los albores de los 80, las visitas del Real Madrid eran cómodos paseos militares para el laureado conjunto blanco. Era tal su poderío que sus dos primeras victorias en Ciudad Jardín fueron por 30 y 51 puntos. El bisturí del Dr. Corbalán les permitía diseccionar sin mucha resistencia a un equipo malagueño que se veía incapaz de contener el vendaval blanco.

Corbalán, en plena madurez deportiva, dirigía a la perfección a la plantilla entrenada por el mítico Lolo Sáinz. Rara vez se veía a Corbalán girarse al banquillo para recibir órdenes de su entrenador, gesto bastante frecuente en la actualidad, lo cual no era óbice para ejecutar un baloncesto de campanillas del que se beneficiaban sus compañeros y que deleitaba a los espectadores.

Juan Antonio iba acumulando reconocimientos personales (fue nombrado mejor jugador europeo y MVP del Eurobasket de 1983) e innumerables trofeos colectivos con su club y con el equipo nacional que dirigía Antonio Díaz Miguel. Corbalán era el cerebro y el timón sobre el que se edificó la selección que provocó el boom del baloncesto en España.

Al final de la década de los 80, el galeno Corbalán tomó una decisión de impacto al colgar las botas. Por fortuna, su retirada no fue definitiva. Dos años después, el visionario Gonzalo Gonzalo, presidente del Fórum Valladolid, lo repescó para llevar las riendas de un conjunto pucelano que había fichado el año anterior al zar lituano Arvydas Sabonis.

La única vez que tuve la suerte de verlo jugar en directo, en su última visita a Málaga en las navidades de 1990, pudimos conocer una nueva versión de Corbalán. El veterano jugador, en su rol de base suplente, colaboró activamente para que el Fórum se llevara el partido por 65 a 76 y así conseguir un pleno de victorias en Ciudad Jardín, donde la afición malagueña lo despidió con los honores que merecía un mito eterno del baloncesto español, un Dr. Juanito Corbalán que en la actualidad ejerce su magisterio y liderazgo entre batas y fonendos.

@OrientaGaona