El Unicaja recordó sus grandes noches de gloria, de épica y de glamour, y conquistó el Audi Dome, escaló el durísimo muro alemán y escribió uno de los más bellos momentos de su historia reciente. Contra el Bayern y contra sí mismo, contra las apuestas y el favoritismo bávaro, contra todos los elementos, incluso el frío y la lluvia que azotaban en el exterior, se erigió el Unicaja. El Unicaja con mayúsculas, el que se había estado fabricando a fuego lento. El que no había aparecido en toda la temporada. Un equipo guerrero, solidario, inteligente y, sobre todo, un Unicaja con carácter. El equipo ha remontado la eliminatoria, por primera vez en su historia. Ha vuelto a ganar a domicilio en unos play off siete años después y ahora respira aliviado, feliz y confiado en lo que viene.

Fue un pequeño milagro, entre 6.500 alemanes sofocados y ruidosos. Ante Sasha Djordjevic, sus tretas y toda su artillería. Ante las propias dudas que el Unicaja había sembrado por el camino, en una temporada irregular.

Ante todo eso se sobrepuso el equipo de Joan Plaza. Fue una victoria del equipo, pero también muy suya. Plaza fue el de los primeros años. Agresivo, hiperactivo, inteligente en los movimientos y en la pizarra. Plaza estuvo soberbio ayer, como cada jugador, del primero al último. Plaza había dicho, por activa y por pasiva, que llevaba toda la temporada preparando este momento. La bala le falló en la Copa, de forma estrepitosa. Pero esta vez dio en la diana. Su equipo respondió y el Unicaja alcanza las semifinales de la Eurocup. Donde, todo sea dicho, le correspondía estar.

Fue una maravillosa coreografía conjunta de todos. En la preparación, en la puesta en escena y en la ejecución. Permitan que hable hoy de Nemanja Nedovic. Del serbio que no apareció en los dos primeros partidos y que destapó su inmenso talento, sus dotes de liderazgo y el corazón gigante que tiene para silenciar a los ruidosos aficionados alemanes. El Unicaja lo hizo todo bien y, especialmente, salió vivo de sus crisis. Hace un mes, el equipo hubiese cerrado por derribo tras el primer arreón de Lucic o de Taylor. Se hubiese escondido, habría sacado la bandera blanca. Pero no lo hizo anoche, en Múnich. Se rehizo. Respondió a cada golpe, con genio, con espíritu, con pasión y con calidad. Y con recursos tácticos y técnicos.

La ansiedad del Bayern Múnich

Controló perfectamente el Unicaja la ansiedad del Bayern Múnich. Los alemanes eran los que tenían la presión, los que debían mandar, los que eran favoritos, para eso lo habían demostrado durante toda la temporada. Pero se arrugó el Bayern, con una tremenda defensa del Unicaja, liderada por Alberto Díaz. Ha cambiado el Unicaja. Tira triples, sí. Pero ahora Dejan Musli no es un náufrago que se busca la vida como puede en la zona. Ahora el equipo le busca. Y el serbio respondió a las mil maravillas. Ante Booker, primero, y contra Zirbes, después. Dejan movió los pies, sacó el balón fuera, jugó el pick and roll y el Unicaja disfrutó a su alrededor.

Había que frotarse los ojos para ver el marcador: 6-15. En el Bayern todo eran dudas. Sólo Maxi Kleber aprovechaba su superioridad física sobre un mermado Brooks y ante Suárez. Pero el Unicaja supo jugar sus cartas, se puso a remar y se marchó 10-17 al final del primer cuarto. Las malas noticias eran que Nedovic estaba ya con dos faltas y que los de Sasha Djordjevic iban a despertar en cualquier momento, porque tienen talento y calidad.

Zirbes sacó músculo ante Omic, pero fue Redding el que aprovechó su muñeca y los malos minutos de Kyle Fogg. Sufrió el Unicaja sin Musli, descansando. Omic es otro tipo de jugador muy diferente. Lo entendió bien el Bayern, que trató de correr y que metió el miedo en el cuerpo. Lucic puso la primera ventaja del Bayern en todo el partido: 25-24. Pero, al contrario de lo que ha ocurrido durante buena parte del curso, esta vez el Unicaja no se cayó y aguantó el pulso. En el cara a cara salió el mejor Nedovic. Sabía el serbio que los focos le apuntaban y que, tras dos malos partidos en la serie, la supervivencia del Unicaja en la Eurocup dependía de él.

«Nedo» anotó 9 puntos casi de una tacada. Plaza se animó con Musli y el Unicaja pasó la crisis dando un zarpazo al Bayern, para marcharse 27-34 al descanso. Pocos puntos y partido muy trabado. Con 10 pérdidas para el Bayern y el 18% en triples para el Unicaja (3 de 17). Había partido. Mucho partido. El Bayern sacó la furia. Pero el Unicaja aguantó. Sufrió Musli en defensa, pero apareció Nedovic, con grandes minutos. Fogg aportó triples. Suárez se fajó. Alberto fue un titán. Dani dio tres minutos de oro. Smith, cinco puntos clave. Todo el Unicaja sumó. Del primero al último. Y enmudeció el Audio Dome. Se calló por completo. Mejor dicho, lo silenció el Unicaja. Un genial Unicaja. El mejor de la temporada. El que está en semifinales de la Eurocup. El que nos ha vuelto a enamorar.