El Unicaja y el Iberostar Canarias disputarán a partir del próximo domingo un play off inédito en la lucha por el título. El equipo malagueño y el insular tienen ambos una larga trayectoria detrás y en uno de esos guiños que hace el destino ambos se vieron las caras en una eliminatoria. Era, a diferencia de ahora, un play out. Pura supervivencia. El Unicaja tenía su anterior denominación de Caja de Ronda y el cuadro canario era el Lucky Canarias. Corría la temporada 1984/85, y el equipo malagueño no había hecho una buena temporada.

Después de la primera fase liguera, el Caja de Ronda pasó a disputar la A-2, con los rivales que peor lo habían hecho durante el curso. Había tres plazas de descenso en juego y ahora se trataba de evitarlas. El equipo malagueño había contratado a Ignacio Pinedo como entrenador, que como recuerda su ayudante, José María Martín Urbano, «era un adelantado, un entrenador muy bueno».

El club había realizado un importante esfuerzo y había compuesto una plantilla con Germán González, Gonzalo Sagi-Vela, Antonio Márquez, Rafa Pozo, Martín de Francisco, Emilio Nicolau o Quique Villalobos, como base nacional, con los americanos Dan Cadwell y Jeff Cross.

«La venida de Ignacio Pinedo fue una revolución muy grande en el baloncesto. Tenía una manera de trabajar diferente, era uno de los mejores entrenadores de España. Él tenía mucha confianza en sus ayudantes y aquí pues quizá hubo un poco de confusión. Quizá él esperaba más de mí pero yo tampoco me atrevía... Yo me encargaba del apartado ofensivo y él del defensivo, porque su juego era de contragolpe, con pocos sistemas», recuerda Martín Urbano.

Fue un año difícil. El equipo era una mezcla de jugadores muy jóvenes y de otros muy veteranos. «Y Pinedo era un apóstol de los jóvenes, siempre quería meter a los chicos más jóvenes y no soportaba las perrerías de los veteranos y eso fue difícil de encajar», explica el extécnico malagueño.

Pero a falta de dos jornadas y ante la mala dinámica del equipo, el club, con Juan Luis de la Rosa como presidente y Paco Moreno como secretario general y hombre fuerte, decidió destituir a Pinedo y poner al frente a Martín Urbano. Los play out lo disputaban los cuatro peores equipos de la Liga y sólo uno se salvaba, los otros tres se iban al pozo. Antes de la eliminatoria, el club cambió a uno de sus americanos, y fichó a Lawrence Boston por Jeff Cross.

El Caja de Ronda se emparejó con el Lucky Canarias y viajó a las islas con esperanza en la permanencia. En el pabellón Ríos Tejera del colegio Luther King, el equipo malagueño ganó 94-95. En la vuelta remató la eliminatoria: 94-90. «Fue una alegría inmensa, porque ellos tenían a Cabrera y un buen equipo. Solventamos la eliminatoria 2-0 y después jugamos con el Caja Madrid, pero perdimos». Los malagueños no pudieron completar la machada y bajaron de categoría. Ése ha sido el único descenso que ha vivió el club en sus 40 años de historia. «Me cabe el honor de haberlo dirigido», dice José Mari con sorna. Era una época muy diferente, desde luego.

El baloncesto ha cambiado mucho y la historia ha seguido sonriendo al club cajista. Los dos se han medido en partidos en la ACB en 18 ocasiones, con un resultado muy favorable al Unicaja, que ha ganado 14 partidos y sólo ha perdido cuatro. De hecho, la última derrota malagueña data del 2013, cuando el CB Canarias ganó en su pista por 97-92. Desde entonces, ocho victorias consecutivas verdes.