A pesar de la trascendencia del partido que disputamos dentro de unas horas ante un brillante Iberostar Tenerife, hoy todo el protagonismo recae en Bernardo Rodríguez. Ha llegado su momento, el día en el que, por fin, su camiseta (el eterno 5 de Unicaja) lucirá en lo más alto del Palacio.

En un rápido repaso a la historia más reciente de nuestro club, Berni simboliza los años más brillantes en la década de inicio del siglo XXI, al igual que Nacho Rodríguez representa el crecimiento de los 90 y Alberto Díaz será quien encabece el futuro más próximo. Pero es indudable el hecho de que Berni siempre será nuestro eterno capitán.

Desde muy joven, casi recién aterrizado en la primera plantilla, el sabio Bozidar Maljkovic le otorgó unos galones que aceptó como un curtido veterano. Bernardo poseía las condiciones idóneas para liderar un vestuario que fue creciendo hasta convertirnos en un equipo de postín. El jugador reunía la entrega, la voluntad, el carácter y la voz de mando indispensables para asumir el rol de «jefe del equipo». Su amor y sentimiento cajista le vienen de casta y su ADN tiene la denominación de origen de la factoría de Los Guindos.

Por su naturaleza y calidad humana, Berni parece formar parte de la familia de los malagueños que amamos al baloncesto. Mi hermano Rogelio y mi primo Alejandro tuvieron la suerte de compartir cancha con él en las categorías inferiores de Unicaja y todos festejamos sus triunfos cuando, junto a sus inseparables compañeros Carlos Cabezas y Germán Gabriel, contribuyeron al nacimiento y despegue de la exitosa generación de los «Junior de Oro».

Berni nunca fue el jugador más talentoso ni el mejor tirador ni la primera opción ofensiva, pero se convirtió en imprescindible para todos los técnicos con los que jugó. «Boza» lo subió al primer equipo siendo todo un pipiolo, para Sergio Scariolo fue su mariscal dentro un conjunto de gran talento y Pepu Hernández sacó el máximo partido a sus minutos con la selección española.

Los recuerdos de Berni

¿Qué recuerdos nos vienen a la memoria del 5 cajista? Su icónica celebración de los triples tocándose la oreja, su mágica asistencia a Pepe Sánchez para anotar la canasta que nos llevó a la Final Four de Atenas, su titánica defensa a Theo Papaloukas en la final del Mundobasket de Japón, su talento para anotar las bandejas más inverosímiles jugando un 1x1 o todos los trofeos que levantó como capitán de Unicaja: Copa Korac, Copa del Rey y Liga ACB.

El jugador que ostenta el récord de partidos con la camiseta verde y morada con 683 encuentros. El jugador que lideró la etapa más laureada del Unicaja. El jugador que salió de su casa para seguir acumulando experiencias en Murcia y ayudó a madurar a Willy Hernangómez y Porzingis en Sevilla.

Un señor jugador, don Bernardo Rodríguez Arias, que al fin sube al Olimpo convirtiéndose en inolvidable y referente para las futuras generaciones de aficionados que seguirán apoyando al baloncesto malagueño. Siempre Berni, todo Berni, gracias Berni.