Dejemos en casa el desánimo y el derrotismo. Este domingo tenemos fiesta en el Carpena. Es hora de creer y querer. Un equipo que ha luchado hasta la extenuación seguirá haciéndolo hasta el último segundo. Tras tocar la gloria con la conquista de la Eurocup no se concibe una despedida sin regalarnos una nueva hazaña.

Nunca ha sido fácil derrotar al Real Madrid. Supone un reto mayúsculo, pero no imposible. En nuestros 40 años de historia, hemos conseguido épicas victorias ante el equipo merengue, apoyadas en cinco claves fundamentales para competir contra el laureado conjunto blanco.

La concentración fue clave para alcanzar la primera hazaña. Corría el mes de octubre de 1989, en el último partido de la carrera de Fernando Martín. Con un pabellón de Ciudad Jardín lleno hasta la bandera, la entregada afición cajista celebró lo nunca visto. Las cámaras de TVE llevaron en directo a toda España como un quinteto mágico (Ramiro, Palacios, Arlauckas, Vecina y Brown) que Mario Pesquera no movió durante los 40 minutos, dominó el encuentro con solvencia para quedarse con la victoria en Málaga.

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Una fe inquebrantable contribuyó para lograr el objetivo más glorioso. Llegamos a la Copa de Zaragoza como clasificados a última hora. Muchas eran las dudas que existían alrededor del proyecto de Scariolo. Calidad y compromiso, bajo el liderazgo en cancha de Garbajosa y J.R. Bremer, fueron las claves para vencer a un poderoso Real Madrid en una final inolvidable. Nos habíamos convertido en campeones de Copa y el eterno capitán Berni Rodríguez fue el responsable de levantar el trofeo, siendo además el jugador más valorado del partido.

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La ilusión permitió escribir una nueva página de la historia del baloncesto español en la primavera de 2008. Situémonos en los cuartos de final de Liga. El Unicaja de Scariolo, tras una temporada bastante irregular, consiguió barrer de la pista a un Madrid que encabezó la liga regular a las órdenes de Joan Plaza. El tridente formado por Carlos Cabezas, Boni N'Dong y el infalible Berni Rodríguez comandó las embestidas malagueñas para lograr un nuevo hito y ser el primer equipo en eliminar al líder de la ACB por un inapelable 0-2.

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Tener la suerte de tu lado también fue importante en la penúltima hazaña verde ante el Madrid. Ese triple imposible anotado por Terrel McIntrye (“¡Dime que no estoy soñando!” gritaba desaforado el periodista Óscar Cuesta en la retransmisión on-line de la prórroga más loca jamás disputada en el Carpena) brindó el colofón perfecto para una noche muy emotiva. Morbo y pasión en el encuentro en el que regresaba como local Jorge Garbajosa tras su salida del Madrid, se cerró con una canasta que condujo al graderío al éxtasis.

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Junto a la concentración, la fe, la ilusión y la suerte, este domingo necesitamos más que nunca de la confianza. Afición y jugadores deben llegar al Carpena convencidos que la comunión entre la grada y la pista es esencial para seguir disfrutando en una temporada de ensueño. Ya lo hemos hecho en otras ocasiones y por eso, hoy también #MálagaNoSeRinde.