Nemanja Nedovic era un poema. La vuelta de honor que hizo la plantilla del Unicaja fue un calvario para el serbio que, a pesar de todo, regaló camiseta, zapatillas y todo lo que le pidieron. No pudo evitar el serbio, al llegar a una de las esquinas del Palacio, mostrar su frustración. Se quedó parado, mirando a ninguna parte, con el torse desnudo, y con sentimiento de culpa. Explicó luego el jugador que podría haber hecho más por el equipo en esta serie contra el Real Madrid, pero que sus problemas físicos han sido una losa.

Unos problemas que hacen que ahora Nedo sólo piense en descansar un mes y que medite seriamente jugar con su selección nacional este verano el Eurobásket. El pasado año casi no descansó y su cuerpo lo ha acusado. Así lo explicó tras el encuentro, además de corroborar que continuará en Málaga la próxima temporada y que está muy feliz por seguir aquí. En las próximas horas, el club hará oficial su continuidad en el club.