El «culebrón» de la renovación de Carlos Suárez por el Unicaja tiene las horas contadas. A partir de hoy mismo puede haber desenlace feliz. El pasado viernes, La Opinión de Málaga anunciaba que era inminente el acuerdo entre las partes, pero ha sido durante este pasado fin de semana cuando el agente del jugador, José Ortiz, ha comunicado a los dirigentes cajistas que Suárez está de acuerdo con la última oferta puesta encima de la mesa por parte del club verde.

Es verdad que quedan pequeños detalles por pulir, los famosos «flecos», pero no son de aspectos claves como cantidades económicas o duración de contrato, son cuestiones menos importantes, que no harán variar el acuerdo.

Solo falta que en Los Guindos hagan llegar al jugador el contrato pactado y que el capitán estampe su firma.

Después de muchas idas y venidas durante los últimos meses, el acuerdo será por dos temporadas garantizadas, más una tercera opcional, por lo que Suárez podría vestir de verde hasta junio de 2020 y sumar siete temporadas como jugador del equipo costasoleño.

No son los tres años asegurados que querían el jugador y su entorno. De hecho, la cláusula de salida, si es que no cumple la tercera temporada, ha sido uno de los últimos aspectos de discusión, una cuestión que, afortunadamente, ya está solucionada.

La firma del nuevo contrato de Carlos Suárez y el Unicaja podría llegar en cualquier momento a partir de hoy mismo. La afición siempre ha manifestado su deseo de que el «capi» siga en Málaga y el anuncio de su continuidad por parte del Unicaja es una de las noticias más esperadas por la «marea verde» en este final de temporada.

El final feliz a este «culebrón» no oculta las dificultades de una operación que estuvo a punto de saltar por los aires hace un par de semanas, ante el desencuentro en cuanto a cifras económicas y duración de contrato que club y agente del jugador pusieron encima de la mesa en plena negociación.

A nadie se le escapa que Suárez ha sido uno de los mejores jugadores del equipo esta temporada. El madrileño fue clave la noche de la Eurocup en Valencia, cuando con Musli lesionado y con Omic expulsado, tuvo que jugar de pívot, anulando a Dubljevic y convirtiéndose en ejecutor de aquella remontada inolvidable.

Sus palabras tras el último partido del play off contra el Real Madrid dejaron claras las intenciones del de Aranjuez. «Mi agente y los dirigentes tienen que hablarlo. Yo me quiero quedar. Lleváis desde octubre preguntándome y yo ya he dicho lo que quiero. Tampoco pido algo fuera de mercado. Me quiero quedar, estoy a gusto aquí y mi pareja también. No creo que he pedido nada del otro mundo. Es una decisión que tienen que tomar (el club) y ya está. Es lo que hay. Yo estoy muy contento aquí. Lo único que tengo en mi vida es mi familia y mi agente es mi padre deportivo. Me he comportado todos estos años muy bien, nunca me he quejado. He intentado ser un profesional en todo»..., dijo.

Con 31 años, Suárez pidió al club una apuesta de futuro hacia su persona, para asentarse definitivamente en Málaga con un contrato de larga duración y una mejora económica acorde a su rol en el juego del quipo. El club mostró reticencias, sobre todo en lo económico, a las primeras exigencias del ala-pívot, pero el tiempo marcaba que ambas partes estaban condenadas a entenderse y el acuerdo, fraguado la semana pasada, se fructificó este «finde» y solo falta que se firme por ambas partes.

Con la renovación virtual de Suárez, el club tiene asegurados sus cupos de jugadores nacionales para los próximos años, si es que Viny Okouo se mantiene en el primer equipo. Dani Díez renovó por dos campañas y Alberto Díaz también tiene contrato, que además se anunciará en breve que se mejora económicamente y se amplía a alguna temporada más. Los cuatro «españoles» que exige la ACB para sus plantillas de 12 jugadores están asegurados, por lo que la planificación deportiva de próximos fichajes queda liberada de esa «obligación legal».