El base es la preocupación número uno del Unicaja para reforzar la plantilla para el próximo curso. Un base y un pívot han sido desde el primer momento los grandes objetivos del club, hasta que Joan Plaza sacó el látigo y pidió a los responsables de la entidad que tratasen de forzar, por todos los medios, la salida de Dejan Musli, que buscasen opciones de marcha a Adam Waczynski, y que liberaran una plaza de extracomunitario. Un lío colosal cuando se trabaja de encajar las piezas para dar continuidad a la máxima cantidad posible de jugadores.

En esa tarea está ahora el club, con el 30 de junio como fecha tope para la primera criba, pues la entidad tiene sendas opciones de corte sobre Jamar Smith (25.000 dólares) y Kyle Fogg (70.000 euros). Sin olvidar que Smith tiene varios ofrecimientos en Turquía y que se sigue jugando una auténtica partida de póker entre su agente y el Unicaja, ante la opción de que el escolta pague o lo haga el club. Así que habrá que esperar hasta la misma medianoche del 29 al 30 de junio. Si no paga el jugador lo hará el club. Esa es, al menos, la idea.

Mientras se estudian todas esas opciones y se habla de nombres, el tema del base sigue siendo prioritario para el Unicaja, que ya ha visto cómo han comenzado a caerse opciones. No hay nerviosismo en la entidad, porque el Unicaja es muy consciente de que el mercado todavía está dando sus primeros pasos y que antes deben sentarse a la mesa los grandes clubes. El ejemplo de Leo Westermann es más que evidente. El base francés era el primer nombre de la lista que manejaba la secretaría técnica del Unicaja para reforzar el equipo. Pero Westermann, a pesar de no ser uno de los grandes nombres del mercado, ha fichado por el poderosísimo CSKA Moscú. Este movimiento deja muy claro lo complicado que está el mercado de bases. «Está peor que nunca, no hay bases de los que quiere Málaga», insisten los agentes consultados. ¿Y qué perfil es ése? Pues el de un base inteligente, que conozca el juego, que haga jugar a sus compañeros, que sepa poner el balón en el sitio y en el momento adecuados, y con capacidad defensiva y de mando. No quiere un killer o un base anotador.

La descripción es casi una fotocopia, por ejemplo, de Stefan Markovic, al que se dejó marchar. Por cierto que ayer se anunció su fichaje por el Khimki ruso por dos años y más de 3,5 millones de euros. Quiere también el club que conozca la ACB o la Euroliga, por lo que se ha preguntado por varios bases de ese perfil. Por ejemplo, Antoine Diot, pero el francés va a seguir en Valencia salvo que algún otro club se vuelva loco. Además, el equipo taronja tiene tanteo. Se ha descartado a Dontaye Draper, que era una de las opciones sobre la mesa, y por el que no habrá oferta.

La secretaría técnica ha vuelto a preguntar por un jugador que ya estuvo en la lista verde el pasado curso: Kevin Pangos. El base americano ha jugado este curso en el Zalgiris, tras firmar por dos años, con una cláusula de corte. Pero esa opción para romper el contrato es sólo para el club, que no la va a ejecutar. Pangos seguirá en el equipo báltico. Lituano es, por cierto, uno de los jugadores que está en la lista de posibilidades del Unicaja, aunque no en la parte alta. Es Mantas Kalnietis, que ha jugado en Milán este curso y que no seguirá allí.

Kalnietis, de 30 años y 1,96 metros, llegó a Milán en enero de 2016, previo pago de 250.000 euros al Zalgiris. Tras temporada y media ahora está en mercado y es una opción que se estudia, porque hay pocos jugadores que cumplan el perfil que busca Plaza. Gusta, pero se sale de precio, el americano Bryce Cotton. El ex del Efes se marchó por el temor a los atentados y ahora está haciendo entrenamientos privados para los Mavericks, y jugará la Liga de Verano de las Vegas con Atlanta Hawks.

También se sale de precio el serbio Stefan Jovic (26 años y 1,90), que caería de pie en Málaga. El base del Estrella Roja está muy cotizado, pero, a día de hoy, sólo tiene una oferta del Bayern Múnich, que no juega Euroliga. Pero Anadolu Efes, Baskonia o Valencia también buscan base, y el Unicaja tiene menos dinero que ellos. Hay que esperar. Y, claro, hay que esperar por Jayson Granger, que quiere jugar en la NBA y que lo tiene muy avanzado con el Baskonia en caso de quedarse en Europa. El tanteo es la clave. Pero se necesitan casi dos millones. Y no lo hay.

Por dentro, las cartas siguen a priori igual de marcadas. Plaza no quiere a Musli, pero tiene contrato. Se espera a Alen Omic y hay varios opciones en cartera de pívots atléticos: Devin Booker, Augusto Lima o Latavious Williams.