Oficialmente, Dejan Musli es jugador del Unicaja, a todos los efectos. Tiene un año más de contrato garantizado, sin cláusula de corte del club, y con un buyout del pívot para salir a un club de Euroliga que ya ha expirado. Pero la realidad es, en muchas ocasiones, cambiante. Musli, elegido en el mejor quinteto de la Eurocup 2016/17, el pívot titular del equipo malagueño hasta su lesión de tobillo en Krasnodar y que, a pesar de su bajón final, acabó con 10,4 puntos, 4,5 rebotes y 12,1 de valoración en 20:31 minutos, no cuenta para Joan Plaza. El entrenador no lo quiere. Ya lo dejó muy claro, sin citar nunca al jugador, en la entrevista de despedida de Málaga que concedió a La Opinión. Y, varias semanas después, lo sigue teniendo claro. Plaza no quiere a Musli en su equipo. Insiste con ello. No cuenta con él.

El entrenador se lo ha hecho ver ya al club y el propio técnico ha tenido ya una conversación con el agente de ambos, Misko Raznatovic, y también con el propio Musli. No ha trascendido nada de la misma, pero Plaza sí que ha dicho en su círculo cercano que Musli no tiene cabida en su proyecto. Que espera que cambie de aires y que, en caso de continuar en Málaga, será el último en la rotación interior, por detrás de Viny Okouo.

En las últimas horas ha corrido como la pólvora el rumor de que Musli podría marcharse al Morabanc Andorra, de donde procede, justamente Giorgi Shermadini. Este periódico no ha podido confirmar la operación, aunque sí que sabe cuál es la opinión del propio Musli, a través de su círculo cercano. El jugador pasa sus vacaciones en Montenegro y no quiere que su segunda temporada en Málaga sea un calvario. A pesar de que le haría muy feliz continuar en el Unicaja y jugar en Euroliga, no quiere ser un obstáculo en el proyecto verde. Está dispuesto a irse del Unicaja. Es su decisión y es firme. No quiere hacer un «culebrón» sobre su continuidad en la Costa del Sol y tampoco pasarse un año a disgusto dentro del equipo. No es su forma de entender el baloncesto.

Musli está dispuesto a salir por esa puerta abierta por Plaza. Eso sí, el jugador de 26 años sólo se irá de Málaga a un club de mayor o similar nivel, principalmente de Euroliga, y cobrando lo mismo que tiene firmado en Málaga o con un contrato mejor. No va a dejar de ganar ni un solo euro. Tiene un contrato garantizado y, aunque esté dispuesto a renunciar a él en Málaga, sólo se marcharía en caso de que en otro equipo, de un nivel similar o superior, le garanticen esa ficha y unas condiciones deportivas al más alto nivel.

Y aquí es donde entra el Unicaja. El club ya está acostumbrado a lidiar con situaciones delicadas todos los veranos. Año sí y año también se han producido desencuentros más o menos graves entre la cúpula y la dirección deportiva con el entrenador. En ocasiones, las lógicas tensiones que surgen entre los dos extremos de la cuerda. En otras, verdaderas disputas. Y el tema de Musli va camino de convertirse más en lo segundo. Porque el Unicaja sí cuenta con Dejan Musli. Es decir, para el club, el pívot serbio es uno más de la plantilla y formará pareja interior con el georgiano Shermadini, fichado finalmente tras la renuncia del Morabanc Andorra a acudir al tanteo.

El Unicaja, según fuentes del club, quiere que Musli siga en el equipo y, en caso de fuerza mayor, no está dispuesto a gastar ni un solo euro en su despido o en una indemnización. Si Misko Raznatovic pega en la puerta de Los Guindos con un acuerdo con otro equipo, el Unicaja estaría dispuesto a dejar marchar a Musli sin una compensación económica por su salida. Pero el club no está dispuesto a gastar dinero en despedir a jugadores, más allá del corte a Jamar Smith, por el que se abonó 25.000 dólares, ya presupuestados.

Y es que, en las conversaciones que ya se han producido entre las partes, se ha deslizado la opción de que el Unicaja pague una indemnización para «cortar» a Musli, que tiene un par de opciones en el mercado. Pero ninguno de estos clubes interesados está dispuesto a pagar la ficha del jugador balcánico. ¿Uno de ellos es el Andorra? Podría ser, aunque este diario no lo ha podido confirmar. El club del Principado se ahorra mucho dinero en impuestos y podría llegar a pagarle los 200.000 euros netos que, por ejemplo, tenía Shermadini como sueldo. Pero aún le faltaría casi el doble para llegar al sueldo de Musli en Málaga.

El «Caso Musli» aún dará mucho que hablar. El jugador tiene una ficha alta en Málaga y buen cartel. Él quiere seguir, pero no quiere ser un problema y no desea pasar un año junto a un Joan Plaza que no cuente con él. El técnico, que ya tiene un pívot grande como Shermadini, suspira por otro tipo de perfil de jugador. Y el Unicaja espera acontecimientos. Una compleja partida a tres bandas.