El verano está siendo complicado en las oficinas de Los Guindos a la hora de cerrar negociaciones abiertas con representantes y jugadores. O sea, que hasta que el Unicaja no confirme su fichaje habrá que guardar cautela, pero el caso es que el club cajista ya ha decidido el jugador que quiere para cerrar su juego interior. El elegido es Diamon Simpson, pívot norteamericano de 2.01 metros de altura, sin pasaporte europeo, que la pasada temporada jugó tres meses en el Maccabi de Tel Aviv.

A pesar de que el puesto de base es el que más preocupa a los rectores cajistas, sobre todo porque todas las opciones que se han tanteado se han torcido por unos u otros motivos, lo cierto es que el club no ha descuidado la otra tarea que tiene pendiente en la planificación: la búsqueda de una rotación más para el juego interior.

Según apuntó la madrugada del sábado el prestigioso periodista David Pick, noticia que recogió también el sitio web de La Opinión de Málaga, el club cajista está muy cerca de llegar a un acuerdo con este jugador interior estadounidense, que tiene experiencia en la Liga Endesa tras jugar en dos etapas distintas en el Movistar Estudiantes.

Resulta curioso que el perfil de Simpson no es el que en teoría buscaba el club. Se había filtrado que en la agenda del secretario técnico, Carlos Jiménez, y del entrenador verde, Joan Plaza, se quería apostar por un ala-pívot que pudiera jugar tanto de «4» como de «5». Se hablaba de la figura hipotética de un «4.5». Un jugador que fuera del estilo de Will Thomas. Sin embargo, Diamon es un center, un jugador que juega bajo el aro y que no es una amenaza exterior ya que no se prodiga en tiros a más de 2-3 metros. Es un pívot y no tanto un ala-pívot abierto. Eso sí, tiene una alta capacidad reboteadora, es un jugador atlético, de brazos muy largos (2.21 metros de envergadura) y además un marcado carácter defensivo, algo que Plaza valora especialmente y que no tiene con sus otros pívots puros: Shermadini, Okouo y Musli... que por ahora sigue siendo jugador cajista.

Simpson tiene 29 años (cumple 30 el próximo 8 de septiembre) y la pasada temporada reforzó al Maccabi de Tel Aviv a partir del mes de marzo, con el que firmó unas medias de 9.2 puntos y 6.7 rebotes por partido en los seis choques de Euroliga que jugó con el cuadro de Israel.

Tras acabar la temporada se incorporó al Trotamundos de Carabobo venezolano y antes de llegar a Tel Aviv jugó en Chequia, en las filas del Cez Nymburk, con el que promedió 9.9 puntos y 6.2 rebotes de media en la Champions League, la máxima competición continental amparada por la FIBA y en la que logró el triunfo final el Iberostar Tenerife.

El interior norteamericano tiene experiencia en las ligas de Israel, Turquía, Chequia, Australia, Filipinas y España. Formado en la universidad de Saint Mary´s, en su país ha jugado en la D-League con el equipo de los D-Fenders.

Si no hay problemas para cerrar el acuerdo, el Unicaja podría anunciar su fichaje la próxima semana. Aunque ninguna de las partes ha querido confirmar los datos de la operación, la oferta cajista podría ser por una única temporada.

Cook dice que «no»... por ahora

Si la llegada del jugador interior parece muy bien encaminada, la del base sigue paralizada. El último nombre en salir a la palestra, Quinn Cook, tampoco parece decidido a aceptar la propuesta del equipo cajista.

El base americano, que ha sido cortado hace unos días por los Pelicans de la NBA, quiere buscarse un hueco en la mejor Liga del mundo y, por ahora, no está dispuesto a dar el salto al baloncesto europeo.

A pesar de no tener experiencia fuera del baloncesto de EEUU, Cook ha tenido un papel destacado en la Liga de Verano de Las Vegas y es un jugador que ha entrado con fuerza en la agenda del secretario técnico cajista, que deberá afinar mucho con la elección del «presunto» base titular del equipo, posición que para la próxima temporada contará solo con dos jugadores: Alberto Díaz y ese fichaje que está por venir.