Lunes 27 de febrero de 2017. El Unicaja está en Múnich. Al día siguiente juega uno de los partidos más importantes de la temporada: primer encuentro de la serie de cuartos de final de la Eurocup. Muchas dudas sobre un equipo que viene de pifiarla en la Copa del Rey y al que la vía de la Eurocup se le pone cuesta arriba, contra el Bayern y sin ventaja de campo. A Múnich se desplaza la plana mayor del club: el presidente, Eduardo García; el gerente, Ángel Bordes; y el secretario técnico, Carlos Jiménez. En ese maremágnum de sensaciones, ya hay tiempo para pensar en el futuro. Cita, con mesa y mantel, con Misko Raznatovic, el agente más poderoso del baloncesto europeo. Y de todos los nombres de la conversación, uno que destaca: Dragan Milosavljevic.

El alero del Alba Berlín acababa de hacerle un traje al Unicaja. 22 puntos en Berlín y 11 en Málaga. Y la sensación de que volvía a ser un jugador importante en el panorama del básket europeo, que había olvidado su grave lesión de rodilla y que podía dar el salto a un equipo como el Unicaja.

Milosavljevic acababa contrato y el Unicaja pensaba ya en el futuro. El serbio ya había estado en la órbita del club de Los Guindos. Pero su lesión lo trastocó todo. Ahora se ponía a tiro y el Unicaja dejó muy avanzada su contratación. Tanto, que cuando se celebró la Final Four de Estambul, el contrato entre las dos partes ya estaba firmado. Dos años de duración y 400.000 euros netos por curso para el internacional «plavi».

Fue en Estambul, en plena disputa de la competición, cuando el nombre de Milosavljevic volvió a sonar con fuerza. No para el Unicaja... si no para el FC Barcelona. El club culé ya había realizado cambios estructurales en su sección de baloncesto. Había vuelto, ahora como directivo, el malagueño Nacho Rodríguez. El enviado a esa Final Four fue Juan Llaneza, el nuevo director de scouting. Y en la cita turca, el Barça quiso fichar a Milosavljevic para reforzar su perímetro con un jugador completo como Milosavljevic. Pero la respuesta que se llevó el equipo blaugrana es que el alero ya se había comprometido con el Unicaja. Se cuestionó por algún tipo de salida, pero el contrato con el Unicaja ya estaba cerrado y no contemplaba ningún tipo de escapatoria ahora, sólo para el verano de 2018. Fichado, además, un jugador muy importante. Tras la marcha de Kyle Fogg y Jamar Smith, el equipo va a necesitar sus puntos y que sea protagonista en ataque. Porque el otro exterior que se ha fichado, Sasu Salin, no brilla en anotación.

El alero está concentrado con la selección de su país y apura sus opciones para acudir al Eurobásket 2017, al que las lesiones de otros compañeros en el combinado nacional le ha abierto las puertas.