El Unicaja no pudo levantar este sábado en Rincón de la Victoria una nueva edición del Trofeo Costa del Sol. En un partido intenso, con muchos fallos en ambos lados de la pista y con más emoción que calidad, el Real Madrid fue mejor que un Unicaja muy fallón, enredado en la defensa del rival y con demasiadas lagunas defensivas bajo los aros.

La peor noticia de la noche, sin embargo, no fue la derrota. Fue ver salir a Alberto Díaz en camilla del pabellón de Rincón de la Victoria, tras recibir un fuerte golpe en el cuello, en el esprint final del partido. Habrá que ver su evolución, parecía más precaución que otra cosa, pero los doctores serán los que tengan ahora la palabra.

El Unicaja no dio esta vez la buena imagen del día del Real Betis ni del día del Alba. El Real Madrid le exigió mucho más atrás, delante, en la lucha por los rebotes, en el cuerpo a cuerpo... y el equipo verde lo notó. Puso voluntad, pero solo pudo ofrecer esta vez a cuentagotas la sorprendente frescura exhibida en los dos primeros amistosos.

McCallum firmó esta vez mejores números (15 puntos y 16 de valoración) que sensaciones. Igual que Augustine, que volvió a cargarse de faltas muy pronto y eso le impidió tener continuidad y contar con muchos minutos.

La pretemporada sigue su curso y tiene estas cosas. No hay que sacar grandes conclusiones de las victorias, pero tampoco de las derrotas. Sobre todo pensando en todas las ausencias que sigue teniendo Joan Plaza en su día a día de esta pretemporada. También las tenía en este partido el Real Madrid, es verdad, pero el perímetro verde echó mucho en falta contra los blancos a Nedovic y a los internacionales. Al menos, dio esa sensación.

Esta vez fue Jeff Brooks el primero en "enchufarse" al partido. Anotó 9 de los primeros 13 puntos de un Unicaja menos acertado en el tiro exterior desde el principio que en los dos partidos precedentes. Los blancos llevaron la delantera casi siempre en el marcador, aunque con rentas mínimas hasta el 19-22 del primer parón.

El Real Madrid dio un primer estirón en el arranque del segundo cuarto. Se aprovechó de tres o cuatro malos ataques de los chicos de Joan Plaza para irse de 8, 23-31, a 5 minutos para el descanso. El partido ganó en calidad en los minutos previos al intermedio. Campazzo y Soluade tiraron de sus respectivos equipos en ese tramo y el choque se fue al descanso con 5 arriba para los merengues, 42-47.

El partido hizo la goma en los primeros minutos del tercer cuarto, aunque el Real Madrid le metió una marcha más y la diferencia se fue otra vez a 8, 50-58. El Unicaja amagaba y amagaba, pero nunca era capaz de llegar ni siquiera a empatar. El equipo blanco aumentó su ventaja hasta los 14 puntos con los que se alcanzó el minuto 30 (52-66), Una diferencia que pareció ya definitiva.

La renta aumentó todavía más con un triple de Taylor nada más arrancar el último cuarto, 52-69. Con el Unicaja contra las cuerdas, llegó el susto de Albertito. Fintó bajo el aro, Carrol le cayó encima, los árbitros pitaron la falta antideportiva, pero el base de Los Guindos ya no pudo ponerse de pie. Los médicos se lo llevaron en camilla y con el cuello inmovilizado. Un susto que acabó de enfriar el partido e hizo ya imposible pensar en la remontada.

Al final, 74-82. Victoria justa de un Real Madrid mejor. A seguir trabajando.