La Euroliga no para. El Brose alemán aterriza hoy en el Martín Carpena para jugar la tercera jornada de una máxima competición continental que acelera esta semana con cita doble: la de hoy en el Palacio, contra el campeón de Alemania, y la del viernes que viene en la Fonteta de Valencia, contra el campeón de España. Casi nada.

Todos los partidos europeos son importantes. Es lo que tiene este nuevo sistema de competición, con una Liga de 30 jornadas con partidos a doble vuelta todos contra todos. Antes, si fallabas un día en la primera fase, no pasaba nada porque eran grupos de 6 equipos y pasaban 4, que además empezaban de cero en el Top 16. O sea, que quedar primero no era ninguna ventaja sobre ser segundo, tercero o incluso cuarto.

Hoy, sin embargo, perder contra el Brose sería un serio paso en falso por tener al otro lado de la pista a uno de los pocos rivales a los que el equipo cajista puede mirar cara a cara en plantilla, presupuesto y objetivos en esta máxima competición continental. El Brose es un buen equipo, un clásico de la Euroliga, pero es un equipo «terrenal». Contra el Fenerbahce, el CSKA, el Olympiacos, el Panathinaikos y compañía se puede dar el caso de que juegues bien... y pierdas. Frente al Brose, sin embargo, si juegas bien, lo normal es que ganes.

El Unicaja tiene una oportunidad de oro de poner tierra de por medio en la tabla con los germanos. El Brose es colista de la Euroliga con dos derrotas en las dos primeras jornadas. Un triunfo hoy de los verdes pondría al equipo de Joan Plaza con dos victorias de ventaja en la clasificación frente a los de Bamberg. Suficiente premio como para darlo todo en la pista esta noche del minuto 1 al 40.

Joan Plaza no tiene lesiones y repetirá, salvo sorpresa, el «12» europeo del viernes pasado en El Pireo. Es decir, que volverán a vestirse de corto Dragan Milosavljevic y Dejan Musli y se quedarán fuera de la convocatoria los dos canteranos: Mo Soluade y Viny Okouo.

La plantilla verde tiene claro que sus opciones de éxito esta temporada en Europa pasan por hacer del Carpena un fortín. En el estreno ante el Fenerbahce, la afición fue fundamental para tirar del equipo en los malos momentos. Se ganó al campeón de Europa porque el equipo supo sufrir y no bajó nunca los brazos, pero también porque los 8.500 que acudieron al Palacio montaron un «infierno verde» del que es muy difícil salir sin quemarte. Hoy será clave que equipo y afición unan otra vez sus fuerzas. Entonces, todo será más fácil.

El Brose no lo pondrá fácil. El campeón de Alemania es un lobo con piel de cordero. Perdió en el estreno contra el Maccabi y la semana pasada en la pista del Panathinaikos, pero es un buen equipo, con jugadores muy versátiles, que ocupan varias posiciones en el campo y con un bloque en el que lo colectivo prima sobre lo individual. Sin Wanamaker (antes) o sin Melli (el año pasado), el Brose no tiene una estrella rutilante a la que le apunten los focos, pero sí cuenta con un plantel en el que cualquiera te puede «matar». Por dentro y, sobre todo, por fuera.

En los precedentes históricos entre el Unicaja y el Brose Bamberg, las estadísticas le son favorables a los cajistas, con cinco victorias en ocho partidos entre ambos, siendo la última vez que ganó el conjunto teutón en la temporada 2010-11, por un contundente 79-90.

No hay tiempo para lamentaciones después de la doble derrota en El Pireo y en Madrid ni tampoco para debates sobre si tiene que jugar más éste o aquél. En la Euroliga hay que vivir al día. Y la máxima competición el baloncesto europeo nos reserva para este último martes de octubre un partidazo entre el Unicaja y el Brose en el Palacio de los Deportes (21 horas). El Unicaja quiere sumar la segunda «eurovictoria» de la temporada. Es la hora del Carpena. Prohibido fallar.