Un parcial demoledor de 7-24, liderado por Nemanja Nedovic, cuando peor estaban las cosas en Estambul, permitió anoche al Unicaja estrenarse a domicilio en la Euroliga, tras un partido que fue una montaña rusa de emociones, en la que el Unicaja arrancó de lujo, luego lo pasó entre regular y mal durante dos cuartos, para rematar a su rival en los 9 últimos minutos del partido con una exhibición de acierto ofensivo y también de dominio del «tempo» del partido.

El Unicaja sigue vivo en Europa. Es la gran noticia tras los 40 minutos de ayer. La pista del Anadolu Efes volvió a ser talismán para los verdes. Tras tres derrotas seguidas, el partido de anoche era especialmente importante. Un nuevo traspié habría hundido en la tabla a los de Joan Plaza. Pero no fue el caso. El equipo de Los Guindos supo aprovechar la ansiedad del rival para sumar su segundo triunfo en cinco jornadas, lo que permite mirar al futuro con mayor tranquilidad y con ambición por crecer todavía más en la clasificación.

Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Al contrario. Es verdad que el 68-67 del día del estreno de la «eurotemporada» contra el Fenerbahce nos hizo pensar a todos en otra cosa, pero la Euroliga obliga cada día a una exigencia máxima a la que el equipo no llegó ni ante el Olympiacos ni contra el Brose (en en Carpena) ni, sobre todo, en Valencia, pero sí ayer en el majestuoso Sinan Erdem Dome de la zona europea de la gran urbe estambulí.

La pista del colista continental fue el lugar perfecto para variar el sino europeo del equipo en estas últimas dos semanas. Da la impresión de que el Unicaja estaba ayer en el sitio justo en el momento indicado. El Efes es un equipazo, pero a día de hoy parece atenazado por las derrotas, acomplejado por su inesperada situación en la clasificación, indeciso en su juego y sin argumentos que oponer al rival cuando suma dos malas defensas y dos malos ataques. Una plantilla con McCollum, Ledo, Dunston, Simon, Stimac y compañía no tiene ningún sentido que sea la 16 de 16 en la clasificación. Pero la situación es la que es y el Unicaja supo rentabilizarla.

Plaza y sus chicos sabían que tenían al otro lado de la pista a un equipo triste y sin confianza. Que tenían que saber sufrir y esperar su momento. Jugar con las dudas y con esa ansiedad del Efes de Velimir Perasovic de no poder volver a fallar. Los de Plaza ejecutaron su plan de partido a la perfección y el premio fue el 74-79 final.

Fueron 40 minutos irregulares, de tirones, de rachas, de idas y venidas. El Unicaja tuvo una puesta en escena espléndida. Dos triples de Sasu Salin dieron las primeras ventajas a un Unicaja que mandó con autoridad los primeros 10 minutos. Pareció hasta fácil ese 19-25 con el que se cerró el primer cuarto. Pero tras el primer parón, el partido varió su guión. Las canastas fáciles del principio desaparecieron, el Unicaja sufrió para rebotear y el Efes, de la mano de dos inspirados excajistas, Vladimir Stimac y Krunoslav Simon, equilibraron el marcador al llegar al intermedio (35-35).

La cuesta abajo cajista continuó en el tercer cuarto. El Efes se fue con 7 de ventaja un par de veces (42-35 y 53-46). Una diferencia que con los problemas para anotar de los chicos de Plaza y el exceso de balones perdidos pareció entonces un mundo. Pero cuando peor estaban las cosas, con 62-53 en el marcador y poco más de 9 minutos para el bocinazo final, recién iniciado el último cuarto, entonces todo cambió. El equipo encontró en la línea del triple a su aliada más fiel. Primero fue Carlos Suárez, luego McCallum y después Nedovic (imperial en este tramo final del partido). Tres triples casi seguidos que provocaron la remontada y que los nervios atenazaran al Efes, incapaz de oponer resistencia a un Unicaja activado definitivamente en modo «on».

Valió la pena sufrir tantísimo a la ribera del Bósforo. El Unicaja se queda ahora con un balance de 2-3, a una victoria del octavo puesto. Pero ¡ojo!, los dos próximos partidos europeos serán en el Martín Carpena contra el Estrella Roja y el Zalgiris. Dos rivales directísimos a los que se les puede ganar. Y un hipotético doble triunfo ante serbios y lituanos dispararía a los verdes rumbo a las ocho primeras plazas. No es cuestión de «tirar» del cuento de la lechera, pero...