No corren, desde luego, buenos tiempos para el Unicaja. Lo que debía ser una temporada de fiesta con la vuelta a la Euroliga se está convirtiendo, por el momento, en un camino demasiado angosto, en el que los primeros objetivos comienzan a verse demasiado lejos. El equipo no está fino. Joan Plaza aún no ha dado con la tecla. Los roles están desordenados, el ataque es demasiado confuso y las derrotas comienzan a acumularse. 11 tropiezos en los 18 encuentros que se han disputado esta temporada 2017/18. Demasiados ya.

Era previsible, en un contexto diferente al pasado curso, inmerso en una Euroliga tan complicada y exigente, alternar buenas y malas rachas, combinar triunfos y derrotas. El problema es que algunas han sido demasiado abultadas (en Valencia, 91-53; y Madrid, 89-57) y otras han sido del todo inesperadas (Brose, 76-80; Zalgiris, 83-85; o Gipuzkoa (71-63). Y todo eso ha generado un ambiente algo irrespirable, cuando no se llevan ni dos meses de competición y con un largo trecho aún que recorrer.

Lo cierto es que el nerviosismo comienza a cundir en el club y en la plantilla. Y eso no es una señal positiva. Hay cierto descontento en la grada, con varias pitadas ya al técnico, y los medios cumplen con su misión de informar, opinar y ser exigentes. Y en este maremágnum de sensaciones, el Unicaja regresó ayer al trabajo, en la pista auxiliar del Martín Carpena, con cuatro derrotas consecutivas en su casillero y con el partidos del CSKA, este próximo viernes, en el punto de mira.

En la sesión de trabajo matinal se dieron cita el presidente, Eduardo García; el secretario técnico, Carlos Jiménez; el director de operaciones, Manolo Rubia; y, como siempre, cuerpo técnico, jugadores, servicios médicos y responsables de prensa.

La Opinión quiso pulsar el sentir del vestuario y habló con tres jugadores del primer equipo, para conocer su punto de vista de la situación del equipo y las formas para acabar con los problemas y hallar soluciones. La alegría del día la dio Nemanja Nedovic. El escolta explicó que se siente mejor y se apuntó para el partido ante el CSKA. «Estoy mejor y creo que jugaré. En cuanto al equipo, estamos en una mala racha, con cuatro partidos perdidos, donde hemos perdido fácil. Y hay que encontrar la confianza otra vez. Hay que entrenar en los detalles, porque son estas cosas las que deciden», explicó «Nedo».

Los mejores partidos de Adam Waczynski han coincidido con esta mala racha. «Nos faltan algunas cosas. No podemos meter sólo 60 puntos, como en Andorra. En ataque tenemos problemas. Trabajamos para mejorar cada día y creo que estamos en el buen camino. Sabemos que tenemos que ganar. Es también un tema mental. El partido del Zalgiris nos hizo daño, lo perdimos en el último tiro. Y en nuestra cabeza es muy diferente ganar por una canasta que perder por una. Después de esto, debemos trabajar».

Dani Díez se mostró muy sincero. «Tenemos una semana larga y hemos hablado ya en el vestuario con el entrenador. La plantilla la hemos reforzado respecto al año pasado, hay dudas en el equipo y vamos a tratar de resolverlas, las veis todos, y vamos a tratar de trabajar todos juntos, con una mentalidad mucho más positiva y mirando para adelante porque hay que levantar cabeza. Esto no puede seguir así evidentemente por nosotros, nuestras familias y nuestra gente. El aficionado del Carpena, que no se desilusione. Vamos a tratar de arreglarlo. Es pronto todavía para ver al equipo hundido y todos vamos a dar un paso adelante para sacar esto».

Y miró hacia el interior del equipo y habló de que se necesita un cambio de mentalidad y ser mucho más «positivos». «Es un tema también muy mental. Debemos trabajar eso. Siempre en sólo 48 horas tenemos otros partidos. Esta semana es nueva. La derrota del Madrid nos vino muy mal y tampoco hemos olvidado la de Valencia. Creo que hay que pasar página, estar más positivos y tenemos que trabajar lo que hay que mejorar. No somos tan malos, no somos de LEB», trató de resumir.

Ahora hay que trabajar y pensar en el CSKA Moscú. Waczynski está convencido de que «se le puede ganar». «En casa, en el Carpena, hay que jugar muy duro en defensa y rápido en ataque. No podemos perder balones y jugar contragolpes. El CSKA es uno de los mejores equipos de Europa, con grandes jugadores, pero se puede». También confía Dani Díez. «Los otros equipos también juegan y se juegan mucho. Vamos a intentar ir hacia adelante y el viernes ganarle al CSKA. Es una semana diferente y queremos aprovecharla», finalizó.