No tiene suerte el Unicaja. Lo rozó en El Pireo hace unas cuántas semanas, perdió con una canasta inverosímil sobre la bocina de la prórroga de Ulanovas contra el Zalgiris, estuvo cerca en Atenas hace siete días... Ayer otra vez tocó con los dedos el premio en Vitoria, pero acabó como casi siempre en Europa: triste, cabizbajo, derrotado y anclado en la parte más baja de una clasificación cada vez más cruel con los verdes.

El Unicaja fue de menos a más en el Buesa Arena. Hizo un primer cuarto impropio de un equipo del caché del cuadro verde (27-12). Ese -15 en los primeros 10 minutos fue clave, además, para lo que sucedió después. Porque a partir del segundo parcial, el Unicaja fue mejor que el Baskonia. En algunos tramos, incluso, fue mucho mejor.

El equipo le echó coraje, carácter y ganas. Con sus defectos y con sus virtudes. Hizo lo más difícil, le dio la vuelta al partido en el tercer cuarto, pero el Baskonia es mucho Baskonia y el esfuerzo solo valió para hacer sudar la gota gorda al rival hasta el bocinazo final, pero no para cambiar la mala dinámica de resultados de los de Los Guindos en Europa esta temporada.

Al equipo de Plaza le faltó concentración al principio (imperdonable) y después algo de contundencia. También fue demasiado previsible en su baloncesto ofensivo. Se olvidó casi siempre de buscar balones dentro y fió todas sus opciones a los lanzamientos exteriores. El ansiado equilibrio estadístico del dentro-fuera brilló por su ausencia anoche en el básket de los costasoleños. Brooks fue el único que hizo algo de daño en la pintura. Debajo del aro: Shermadini, 2 puntos, y Augustine, otros 2. Cifras raquíticas que no ayudan a crecer al equipo.

Mención especial, por contra, para el polaco Adam Waczynski (25 puntos, 7 de 9 en triples). El alero verde vio todo el partido el aro como una piscina olímpica. Sobre todo en el tramo final, cuando estaba todo en juego. Vivió un particular duelo anotador con el letón Janis Timma (24 puntos). Al triple de uno respondía con triple el otro. Fue una exhibición de lanzamientos de ambos, un clínic de tiros de 3, aunque el premio gordo se lo llevó el baskonista, que firmó la victoria de los suyos.

Estaba claro que el partido era un reto de máxima dificultad para el Unicaja. Nada hacía invitar al optimismo frente a un Baskonia en clara dinámica ganadora, en pleno crecimiento tras el fiasco del proyecto de Prigioni y jugando como local. Todos los supuestamente tocados del cuadro vasco, además, estuvieron sobre el parqué. Beaubois, Granger y Timma decían los papeles que eran duda. Pero nada que ver. El francés y el letón fueron titulares y el base excajista fue el desatascador perfecto que encontró Pedro Martínez un par de veces, saliendo desde el banco.

No tiene mejor plantilla el Baskonia que el Unicaja. Hay leves diferencias entre uno y otro por mucho que los dos partidos que han jugado ambos este curso hayan caído del lado baskonista. Lo que sí tienen son mejores números. En la ACB y en la Euroliga. Eso es incuestionable y eso es lo que el Unicaja debe tratar de igualar de aquí en adelante.

Y es que duele mirar la clasificación y ver al Unicaja colista de la Euroliga. Sólo tres victorias en once jornadas son números que no se sostienen en un equipo con Nedovic, Augustine, Shermadini, Carlos Suárez, Brooks, Waczynski y compañía. Vale que la Euroliga es dura y que ganar un partido cuesta la misma vida. ¿Pero colistas? ¿Con 3 de 11? La clasificación creo que no hace justicia al equipo. Hay más plantilla que resultados. Con y sin Musli en el róster.

El equipo no regresó ayer a Málaga ni tampoco lo hará hoy. Se queda en Vitoria para desplazarse directamente desde allí a Zaragoza. El domingo por la mañana hay otro reto importante: agarrarse a la Copa del Rey con una victoria en la pista del Tecnyconta. Jugando como el primer cuarto de ayer, imposible. Pareciéndose al de los 30 minutos restantes, victoria segura. A ver.