Hoy es el día. Caprichos del baloncesto y del calendario, el Unicaja rinde esta noche visita al FC Barcelona en el Palau Blaugrana en el peor momento del poderosísimo equipo blaugrana. Decir que el Unicaja parte hoy con un ligero favoritismo sería presuntuoso. Porque el Barça es el Barça. Es mucho equipo. Un equipazo. Un plantillón descomunal. Pero los números son números. Y, como el algodón, no engañan: ha perdido los cuatro últimos partidos que ha disputado: Fenerbahce, Iberostar Tenerife, Real Madrid y Herbalife Gran Canaria. Y, mucho ojo, en el Palau, los de Sito Alonso, que está en la picota, han perdido ya seis encuentros este curso. No son cifras dignas de todo un FC Barcelona. Y por eso puede ser hoy más peligroso aún.

Ver al Barça perdiendo cinco encuentros consecutivos es, cuanto menos, complicado. Parece inverosímil. Rarísimo. Porque estos megaequipos tienen corazón y, sobre todo, talento. Pero el Barça está atenazado. Mucho. No le salen las cosas y es un coladero en defensa. Está encajando en su última racha negativa casi 90 puntos. Ya sabe el Unicaja por dónde le puede meter mano. Debe ser hoy implacable. Debe aprovechar la más mínima oportunidad. No puede permitirse errores, desconexiones ni falta de concentración. Y, en cuanto huela sangre, ha de ir a hurgar en la herida. Así creará más incertidumbre en un Palau que últimamente está más preocupado en reivindicaciones políticas que en animar a su equipo. Y eso, a un día de las elecciones catalanas, también puede ser un factor favorable al Unicaja.

Hace ya cuatro años y ocho partidos que el Unicaja no gana en el Palau Blaugrana. Y ahora, cosas del destino, se encuentra a un Barça muy herido. Está mejor el equipo malagueño. Ha dado pasos al frente en las últimas semanas. «Hemos hecho el mejor entrenamiento de la temporada», dijo ayer en la previa del encuentro Joan Plaza. El catalán se sabe observado y va a Barcelona, a su casa, con un Sito Alonso en entredicho. Las luces enfocan al Palau y el Unicaja es consciente que tiene una magnífica oportunidad para dar un zarpazo en esta Euroliga.

Tras ganar y convencer al Khimki ruso el pasado jueves salió del último puesto y ahora empata con el mismísimo Barça. Ganar hoy significaría dar un golpe de autoridad. Y de autoestima. Escalar más en la tabla, recibiendo el viernes al colista Milan en el Carpena. Todo está de cara... pero hay que jugar los partidos. Y allí, esta noche, no van a regalar caramelos precisamente. Los equipos grandes saben jugar en este tipo de momentos. Aunque el Barça se esté empeñando en hacer justo lo contrario en esta grave crisis que atraviesa.

Plaza tiene a todo su plantel disponible. Más descansado, tras jugar el sábado en Tenerife. El equipo descansó el domingo, tras volar de las islas afortunadas, y se entrenó lunes y martes. Viajó ayer por la tarde en avión a Barcelona. Y este mediodía hará sesión de tiro. Necesita el Unicaja más de lo mostrado ante el Iberostar. Más de Ray McCallum, del que Plaza confesó ayer que está en plena «sesión terapéutica», tratando de rescatar a ese jugador que se fichó, que brilló en pretemporada y del que nunca más se supo.

También necesita el Unicaja la versión de killer de «King kong» Waczynski, que estuvo muy vigilado en Tenerife y no apareció. El talento de Nedovic, la constancia de Alberto, el saber estar de Augustine, la robustez de Suárez...Todas esas virtudes vienen ya de catálogo. Y por eso tienen que seguir ayudando y aportando cosas diferentes Salin, Dani, Brooks o Shermadini. Estaría bien buscar dentro de la zona mucho más al georgiano.

El Unicaja sabe que está ante una gran oportunidad. El Barça está abierto en canal y no hay que desaprovechar oportunidades. Ya regaló el Unicaja ante el Brose y el Zalgiris. Y, si quiere aspirar al Top 8, debe ser contundente hoy ante el plantel blaugrana. Hay muchas cuentas pendientes y la «marea verde» quiere algún regalito en esta previa navideña.