El Unicaja cumplió con el guión establecido en Burgos, aunque con un coste deportivo todavía por determinar y que puede ser muy caro en función del desenlace final que tengan hoy los percances físicos de Jeff Brooks y, sobre todo, Nemanja Nedovic, que no pudieron acabar el partido por sendas lesiones en sus tobillos. La del americano parecía menos grave, más bien que se resintió de la que arrastraba durante los días anteriores; pero ver a «Nedo» tumbado en la pista, dando golpes al suelo, con los ojos cerrados y sin poder moverse es una imagen que hizo saltar ayer todas las alarmas en el «unicajismo» (Plaza dijo tras el partido que podía ser un esguince de grado 2). Y es que la Copa del Rey está demasiado cerca como para andar ahora con lesiones.

Si no fuera por eso, la tarde-noche castellana de ayer habría sido redonda para el Unicaja: quinta victoria liguera seguida y ¡cuarta plaza! en la clasificación, al unirse ayer una derrota del Montakit Fuenlabrada frente al MoraBanc Andorra. Los verdes suben un escalón en la tabla y estarán pendientes hoy del derbi FC Barcelona-Joventut. Si hay sorpresa y gana la Penya, otro empujón hacia arriba, para acabar terceros la jornada. No está nada mal. Sobre todo porque hace un mes no estaba claro ni siquiera lograr billete para la Copa de Las Palmas.

Nunca es fácil ganar fuera de casa en la ACB. Anoche quedó demostrado. Este Burgos, además, en su ambiente, es un equipo descarado y valiente que suple su falta de talento respecto a otros con ganas, ilusión y el apoyo incondicional de un público que llevaba una década soñando un año sí y otro también con la ACB y que ahora se vuelca con su equipo para que el caramelo de la elite no les dure solo 12 meses. Ayer, los de Diego Epifanio no se fueron nunca del partido y el equipo de Plaza tuvo que trabajar hasta el minuto final para retener su ansiada victoria.

El 78-85 final «esconde» 40 minutos de igualdad en los que pasó inadvertida la distinta realidad deportiva de dos equipos que conviven en la misma Liga, pero cuyo parecido presupuestario, de recursos humanos o de historia es pura coincidencia.

El equipo verde, tras el traspié intersemanal contra el Baskonia, supo reaccionar. Solo 48 horas después fue capaz de superar un buen inicio del rival, de ponerse el mono de trabajo y de sumar un triunfo que ahora no lo parece, pero será muy importante cuando la Fase Regular eche el cierre.

Y es que había poco que ganar y mucho que perder ayer en la pista del «novato» Burgos. Una derrota hubiera sido difícil de explicar. Ni siquiera el cansancio acumulado hubiera valido de excusa ante un rival tan inferior. Por eso, el triunfo de anoche hay que ponerlo en valor. Era obligado ganar y el equipo no falló.

Lo mejor es que el Unicaja sigue dando la impresión de no haber llegado a su tope. Los verdes siguen creciendo. Faltan cosas, pero la pinta es buena. Ser cada vez más regulares debe ser ahora el objetivo. Lo de competir partido a partido ya está asumido. Ahora falta ganar más a menudo, coger buenas rachas, saber cerrar los partidos cuando el rival está tambaleándose y estar más acertado en los finales apretados, como por ejemplo el de ayer en el Coliseum de la localidad castellana.

Fue un partido intenso, emocionante y sin un desenlace claro hasta el esprint final. El San Pablo fue mejor en el primer cuarto. Se fue cinco puntos arriba (17-12), aprovechando los errores de un Unicaja demasiado nervioso en campo contrario. Las rotaciones de Plaza dieron frescura al equipo, que al descanso equilibró el marcador e incluso pudo irse a descansar por delante si los árbitros no hubieran concedido 3 dudosos tiros libres al rival en el último ataque de la primera parte.

La arenga de Plaza en el intermedio surtió efecto. El equipo salió mucho mejor en el tercer cuarto y se fue 10 arriba (57-67). Pero nadie dijo que iba a ser fácil y el San Pablo remó y remó hasta ponerse a 4, a menos de dos minutos del final, 76-80. El Unicaja sí supo esta vez jugar con el marcador y el tiempo y acabó sumando la undécima de la temporada.

Hoy toca cruzar los dedos y esperar que los médicos digan que ni «Nedo» ni Brooks tienen nada importante. La semana se presenta muy exigente (otra vez). El próximo viernes espera en la Euroliga el Khimki en Moscú y el domingo toca partido en casa de ACB contra el UCAM de Murcia. Esto es un no parar.