No pudo ser. El Unicaja ha perdido ante el Real Madrid (89-84) en los cuartos de final de la Copa del Rey y ya hace las maletas para regresar a Málaga a las primeras de cambio. Los de verde cayeron, pero lo hicieron con galones y llevando al vigente campeón hasta al extenuación y al trío arbitral a afinar el silbato en favor de los de siempre en los últimos segundos. Porque en un final muy ajustado, esos de los que el Unicaja ha demostrado por activa y por pasiva que no los sabe jugar, los árbitros no quisieron ver dos faltas muy claras sobre Carlos Suárez de Tavares en la pelea por un rebote y otra sobre Nedovic de Campazzo tras un manotazo claro del argentino en la muñeca del serbio.

Ya se sabe que el Real Madrid tiene cierta bula arbitral en esta competición, sino que se lo digan al Morabanc Andorra y el famoso campo atrás... Pero el cuadro de Plaza no solo ha caído por los árbitros. El Unicaja, una vez más, tras mandar durante buena parte del partido, no supo jugar los minutos calientes. Con un horrible Nemanja Nedovic durante todo el partido(11 puntos y 2 de valoración), un decepcionante McCallum y un superado Shermadini, que no pudo con Tavares; tuvo que ser la segunda línea la que permitiera que el Unicaja tuviera contra las cuerdas al gigante blanco. Los Carlos Suárez, apoteósico ayer con 17 puntos, 23 de valoración y una lectura del juego impecable; Waczynski, anotador compulsivo con 17 puntos y Sasu Salin, cuando Plaza le ha dejado, fueron los más destacados en un equipo que mereció mejor suerte.

Porque el planteamiento del Unicaja ante el Real Madrid fue muy serio y efectivo hasta los últimos cinco miniutos. Aguantó el tirón blanco en el primer cuarto, aceleró en el segundo, desconcertó al rival en el tercero pero en el cuarto no supo rematar a un Madrid al que nunca hay que dar por muerto. Los de Laso, con un no tan inspirado Doncic, se abrazaron a un inspiradísimo Campazazzo y la veteranía de Rudy para ir arañando puntos en el marcador y llegar al trágico desenlace final para los intereses malagueños.

El Unicaja se vuelve de la Copa de Gran Canaria con honor, pero también con la sensación de haber dejado desaprovechar una gran ocasión para hacer una machada histórica. En parte su poco tino a la hora de cerrar los partidos y en parte las ayudas arbitrales, determinaron la eliminación cajista.