El Unicaja consumió la jornada del sábado sin anunciar de forma oficial la añorada incorporación que Joan Plaza espera de manera inminente, tras la fractura por estrés en el cuarto metatarsiano del pie izquierdo de Gio Shermadini, que le tendrá fuera de las canchas los próximos dos meses.

El club prosigue peinando el mercado en busca de la mejor opción posible. Se rastrea, principalmente, el mercado de pívots comunitarios, pero la jornada del sábado se cerró ayer sin ninguna buena nueva.

Una de las opciones que ha surgido en las últimas horas es la de Georgios Bogris, pívot griego de 2.10, que tiene pasado en la Liga Endesa en el Morabanc Andorra, Bilbao Basket y en el Iberostar Tenerife. El jugador heleno, que milita ahora en el Olympiacos de El Pireo, no cuenta para su entrenador y sería una buena opción siempre y cuando lograra su libertad del cuadro griego, algo que no será sencillo.

Si Bogris es una opción novedosa que ha aparecido en el mercado, el que se aleja de forma definitiva, salvo giro radical de los acontecimientos, es Jarrod Jones. El pívot americano de 2.06 y 27 años tenía la opción de abandonar su equipo en Turquía, el Pinar Karsiyaka por impagos, pero la entidad otomana se ha puesto al día con su jugador franquicia, por lo que su fichaje se antoja ahora imposible.

Jones gustaba mucho en Los Guindos, incluso a pesar de las dudas que genera su pasaporte húngaro. El Pinar le debía dos mensualidades, algo que en el baloncesto turco, por otro lado, es habitual cada temporada. El interés del equipo cajista en Jones ha sido contestado por el equipo de Karsiyaka abonando el dinero que se le debía al jugador, lo que hace imposible su salida, salvo pago de una compensación que el Unicaja no tiene previsto ejecutar.

Hay otros nombres que no han trascendido y que el secretario técnico y el club cajista valoran estos días. El objetivo es cerrar al nuevo pívot lo antes posible. Las próximas horas parece que serán ya decisivas.