No es una temporada típica en el Unicaja. El club regresó a la Euroliga tras alzar al cielo de Valencia el título de la Eurocup, que le abrió las puertas de la mejor competición del Viejo Continente. Este nuevo formato de la Euroliga, en una liga de 16 equipos y de todos contra todos, ha cambiado el modelo de competición. El equipo malagueño, con 63 partidos ya en las piernas, llega al final de curso en una campaña rara que, para colmo, conduce a una planificación aún más atípica. El Unicaja está pendiente de saber qué competición va a jugar el próximo curso para poner en marcha uno de los dos planes que tiene en mente. Y es que todo cambiaría de jugar Euroliga o Eurocup. Las pretensiones son muy diferentes, tanto en staff técnico como en plantilla y también en el plano económico.

La Euroliga exige una serie de requisitos, tal y como ha ocurrido este curso 2017/18: un presupuesto que ha subido en tres millones de euros, media docena de aviones privados, una plantilla con más jugadores y con varios sueldos que superan el millón de euros. Este periódico ya informó la pasada semana que Fundación Unicaja y Unicaja Banco van a mantener su actual aportación económica en caso de que el club siga militando en la Euroliga. Si el equipo no es capaz de clasificarse, la aportación disminuirá. Está por ver si al punto de retirar esos tres millones que se aumentó -de un total de siete- para esta campaña en curso o se le da sólo un «bocado» para tratar de ser más competitivos en Eurocup.

A partir de ahí, el club, en su nueva reestructuración tras la salida del gerente, ha mantenido una serie de reuniones a todos los niveles. Se le ha dado un impulso a la figura de Carlos Jiménez, que ha pasado de ser secretario técnico a director deportivo. Él es el encargado, junto al consejo de administración presidido por Eduardo García, y el cuerpo técnico, de modelar el siguiente proyecto verde. Pero, ¿dónde? ¿Euroliga o Eurocup?

La primera y más importante pieza del nuevo puzzle es concretar la figura del «jefe» del banquillo. Joan Plaza acaba su contrato este próximo 30 de junio tras cinco años en Málaga y la medida más urgente es decidir si continúa en el club o se da por acabado el ciclo. La intención del club es, como ya se informó en su día, mantener un contacto con él y su agente cuando acabe el curso y se abra un diálogo. «Nuestro entrenador es Joan Plaza y espero que lo siga siendo, pero los escenarios habrá que analizarlos a final de temporada. La relación con Plaza es extraordinaria tras cinco años», dijo ayer el presidente de la entidad, Eduardo García.

Han sido cinco temporadas en el club y se quiere tener esa deferencia. El asunto ahora es saber con qué pretensiones. Si para establecer una negociación para ampliar su contrato o para agradecer su etapa en Málaga, en la que se ha convertido en el entrenador con más partidos en la historia de la entidad. No hay un consenso en el consejo de administración y, por eso, el club va a esperar qué ocurre en los play off por el título. La idea es que continúe, pero...

Joan Plaza tiene una ficha que este curso, incluido extras, alcanza los 800.000 euros. Su caché es muy elevado. La lista de posibilidades que hay detrás de Plaza está en la mente de todos. Algunos, de igual o mayor caché. Otros, con más cosas que demostrar aún en el baloncesto y, por tanto, más económicos. Hay nombres sobre la mesa, pero no se ha emprendido ningún contacto más o menos serio con ninguno de ellos. ¿Ofrecimientos? Ya los hay, por supuesto. Y alguno, muy llamativo.

A partir de ahí, habrá que vertebrar la plantilla 2018/19. Al igual que en el caso del coach también dependerá de dónde juegue el equipo. La Euroliga requiere un plantel amplio, con jugadores desequilibrantes. Con la Eurocup habrá menos presupuesto y, por lo tanto, algún jugador importante no seguirá en el equipo. Más allá, por supuesto, de la continuidad de Nemanja Nedovic. Se da por hecho que el escolta se marchará al Olimpia Milán, pagando su cláusula de salida, en torno a 350.000 euros.

El club ha acostumbrado en otras temporadas a adelantar alguna contratación tras la Copa del Rey. Hace un par de temporadas se negoció y ultimó la llegada del polaco Adam Waczynski. El pasado año se hizo lo propio con el serbio Dragan Milosavljevic. Las fuentes consultadas explican que no hay nada «cerca del Unicaja», ninguna operación inminente, como sí que ocurrió con Waczynski y Milosavljevic en un pasado reciente. El Unicaja tiene, de cualquier forma, margen de trabajo. Hay muchos contratos con cláusulas de salida, otros con opciones de corte o para ampliar? Waczynski y Díez, por ejemplo, pueden seguir o no dependiendo de la decisión del Unicaja. Con Ray McCallum, sin embargo, no hay opción y dejará el club. Es el mismo caso que James Augustine, con el que habrá que negociar si se quiere contar él, ya que finaliza el acuerdo que suscribió, al igual que el base, por un único año. El propio Nedovic, del que ya se ha explicado su más que posible salida del club para irse a Milán, tiene una fecha tope para abonar su cláusula. Hay otros que tienen contrato en vigor un año más, como Alberto Díaz, Milosavljevic, Carlos Suárez o Gio Shermadini.

Y, por supuesto, ya hay nombres de recambios sobre la mesa, algunos de un perfil de Euroliga. Otros, para la Eurocup. Jugadores a los que se siguen hay más de una docena. Unos, para el «plan Euroliga». Otros, para el «plan Eurocup». Es la compleja espera de la planificación.