La temporada ha acabado para el Unicaja y la misma noche que el Baskonia mandó de vacaciones al equipo malagueño, su gran estrella y pilar del proyecto de estos tres últimos años, Nemanja Nedovic, confirmó que ha acabado un ciclo en Málaga. No por esperada su marcha deja de ser menos dolorosa. «Nedo» ha sido un emblema para el club. Con sus virtudes y defectos, el escolta ha liderado la anotación del Unicaja, ha sido una seña de identidad. Su sensacional talento siempre quedará en la retina de los aficionados verdes. «Honestamente, es un momento para mí de ir a por algo más, a por una nueva etapa, no sé dónde. Si me voy, voy a volver aquí seguro. Es un hasta luego», explicó el jugador a la finalización del encuentro.

Su salida abre una nueva etapa en la composición de la plantilla. En los dos últimos años, el Unicaja amortiguó sus eliminaciones ligueras anunciando inmediatamente sendas renovaciones con el jugador serbio. Contar con el serbio ha sido un lujazo para el club, que ahora debe buscar opciones potentes en esa posición, ya que su sombra va a ser muy alargada.

En realidad, el Unicaja debe comenzar una nueva gestión sobre su plantilla. Más allá de la renovación o no de Joan Plaza y su recambio en el banquillo, ahora toca comenzar con el trabajo más importante: la composición del plantel 2018/19. Y deberá hacerlo con menos dinero, ya que la partida presupuestaria bajará. En total, Carlos Jiménez, nuevo director deportivo, tendrá algo más de un millón de euros menos para dedicar a la masa salarial de la plantilla.

Lo más urgente es decidir qué hacer con los jugadores que acaban contrato y, especialmente, con los que el club tiene una opción de ampliación o corte el próximo 30 de junio. Hay tres hombres en esta situación: Sasu Salin, Adam Waczynski y Dani Díez. El tema más complejo, a priori, es el de Salin. El escolta finlandés llegó a Málaga como una apuesta para reforzar la plantilla en el plano defensivo, aunque lo cierto es que se ha echado muchísimo de menos a Jamar Smith. Salin ha cumplido hasta donde ha podido. Jugador disciplinado y profesional, Salin tiene el talento que tiene. Y dependerá de los jugadores que tenga a su lado para rendir o para que se decida su renovación.

Más claras parecen la continuidad de Dani Díez y Adam Waczynski. De hecho, con ambos se han iniciado ya conversaciones. Ambos están en la misma tesitura, con contrato para una próxima temporada, pero con una cláusula de corte del club a 30 de junio.

La intención del Unicaja no es sólo cumplir ese contrato, sino firmar dos nuevos compromisos, por dos años más cada uno, para que ambos sigan. Dani es un valioso cupo que, en los momentos complicados, siempre aporta un plus. Y «King Kong» ha dado un pasito al frente, acabando como el segundo máximo anotador verde.

De los tres que finalizan contrato, hay dos problemas diferentes. Ray McCallum no ha funcionado. Sí que han ofrecido mucho más Jeff Brooks y James Augustine, pero la continuidad de los dos americanos es más un tema económico que de rendimiento. McCallum llegó como base titular del equipo y lo cierto es que no ha respondido a las expectativas. También es cierto que la sensación que queda flotando es que no se le ha sacado, ni de lejos, el rendimiento adecuado. En muchos momentos, McCallum ha parecido un pura sangre encorsetado por Joan Plaza. Sólo firmó un año y no seguirá. El tema del base sigue siendo una asignatura pendiente para la dirección deportiva.

Brooks es uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, a los que se mejoró el sueldo para seguir en Málaga. Su pasaporte italiano le puede abrir la puerta de Italia y del Olimpia Milán. Parece difícil convencer a Brooks pagándole menos. También hay que estudiar el caso de Augustine. El pívot tramita su nacionalidad española porque el año que viene, por cuestiones fiscales y de residencia, pasará de pagar el 24% al 48% de impuestos. Es decir, que para que Augustine gane al menos el mismo dinero que este año, el Unicaja ha de pagarle un 25% más. Y eso complicará la negociación, a pesar del gran rendimiento del jugador.

Tienen contrato en vigor Alberto Díaz, Carlos Suárez, Dragan Milosavljevic, Giorgi Shermadini y Viny Okouo. No hay dudas con Alberto y Suárez, dos jugadores clave, que rinden, que compiten, que hacen equipo y que fortalecen la marca Unicaja. Milosavljevic ha sido la gran decepción de la temporada. Firmó dos años garantizado y ha sido un chasco, muy lejos de un rendimiento mínimo, de aportar solidez y minutos de calidad. Dragan tiene otro año más fijo. ¿Tratará el Unicaja de negociar su salida? No lo hizo con Dejan Musli, así que parece difícil.

Shermadini también tiene contrato garantizado. Es un pívot de los de antes, que hay que saber buscar y utilizar. Su sueldo es muy elevado y, tras la marcha de Nedovic, se convertirá en el segundo jugador mejor pagado de la plantilla. Viny pide a gritos una cesión a un equipo ACB para poder demostrar todo ese potencial que guarda, y Soluade no ha tenido minutos.