Mucho se ha debatido estos últimos años sobre la necesidad de ampliar el ancho de la cancha de baloncesto un metro. Tiene toda la lógica: los jugadores son más grandes y físicos, por lo que ocupan más espacio. Además, desde que se alejó la línea de tres puntos a seis setenta y cinco, se ha reducido el espacio con la línea de fuera de banda, sobre todo en las esquinas.

Todos tenemos claro que la NBA va por delante en el mundo del baloncesto. Las competiciones FIBA copian de los americanos muchas de las normas y reglas que allí se implantan en busca de la mejora del espectáculo. Un dato muy significativo es que ellos hace ya años que ampliaron ese ancho de la cancha.

Pues bien, la ACB en el circuito de pretemporada que se ha disputado en Guadalajara, ha hecho la prueba y los partidos celebrados en esta ciudad se han disputado en una cancha un metro más ancha. ¿Qué conclusiones se puede sacar de la experiencia después de ver esos partidos? Para empezar, no hemos visto las típicas pérdidas por pisar fuera de la cancha. Las distancias entre los jugadores aumentan, por lo que también aumentan los espacios para jugar uno contra uno y para correr la cancha en contraataque.

Las esquinas dejan de ser posiciones en las que solo se puede tirar. Ahora los jugadores se pueden atrever a echar la pelota al suelo desde esa posición atacando el aro. Sumar un metro al ancho de la pista dificulta a la defensa favoreciendo a los atacantes, puesto que las ayudas deben ser más largas para llegar a los tiros y esto genera un mayor esfuerzo defensivo.

Todas estas consideraciones mejoran el espectáculo, por lo que todos estaremos de acuerdo en que son positivas para el baloncesto. Jugadores y entrenadores han coincidido en alabar la experiencia. Ahora seguro que tendrán incluso más claro que este experimento debe convertirse en una realidad. Solo algún entrenador, un poquito apretado, declaró que si los partidos de pretemporada son para preparar la temporada, estos partidos deberían disputarse en canchas con las medidas con las que se competirá durante todo el año. Hasta los árbitros dicen que ensanchando la cancha un metro también se favorece su trabajo puesto que al abrir el campo es más fácil seguir el movimiento de los jugadores ya que, lógicamente, estarán menos agrupados.

Alguno se ha lanzado a decir que gracias a esta norma los equipos han sido capaces de anotar más de noventa puntos en estos partidos. Afirmar esto me parece un poco arriesgado y creo que esa mayor anotación es más fruto de que todavía las defensas no están muy bien organizadas y el trabajo de scouting de los entrenadores para estos partidos de pretemporada es mínimo. O cero patatero.

La conclusión de la experiencia espero que sea que no hay ningún punto negativo para incluir esta norma, más allá de tener que pintar todas las pistas y que esto se convierta en alguna dificultad en los pabellones más pequeños. Ahora, muy pequeña debe de ser la instalación (y antigua seguro que también) para que se convierta en un problema aumentar el ancho de la cancha un metro. Lo mismo es que es necesario cambiar de instalación o construir una nueva.

Hemos perdido la oportunidad de haber sido pioneros en Europa de este cambio en las reglas, es evidente que ya para esta temporada no da tiempo. Tampoco sé si puedes asumir este cambio como liga individualmente o hay que esperar a que sea la FIBA la que tome esta determinación. Pero ya no hay excusa. Si las personas que rigen la ACB quieren favorecer el espectáculo seguro que habrán tomado buena nota y deben defender donde sea conveniente la propuesta para que la próxima temporada se compita en canchas un metro más anchas. Espero que favoreciendo el espectáculo en la pista con normas como esta, se aumente la afluencia de espectadores en las gradas, el lunar más grave y francamente preocupante en este circuito de pretemporada. Muy triste ver por televisión las gradas de Guadalajara y Tarragona vacías. Pero, como decía mi abuela, esto es harina de otro costal. Ahora bien, es obligatorio tomar nota.