El Torneo Costa del Sol celebrado el pasado fin de semana ha sembrado muchas dudas en el entorno del Unicaja. Es verdad que el equipo que presentó Luis Casimiro en esta cita veraniega tenía siete ausencias, más de la mitad de la plantilla, pero lo cierto es que la imagen mostrada, sobre todo el sábado, ante el Real Madrid, ha encendido las alarmas a menos ya de dos semanas para que arranque la Liga, el viernes 28, a las 21.30 horas, con la visita del Valencia Basket al Martín Carpena.

Después de cuatro derrotas en cinco partidos amistosos, es evidente que hay mucho trabajo por delante. Muchas cosas que mejorar. Aunque una salta a la vista de manera especial: la defensa. Y es que con 457 puntos encajados en estos primeros cinco amistosos, mejorar atrás debe ser el primer objetivo. Casi una obsesión, si es que el Unicaja quiere ser competitivo en dos competiciones tan exigentes como la Liga Endesa y la Eurocup.

¿Saben cuántos puntos de media encajó la temporada pasada el descencido Bilbao Basket?... 83.6 por partido. ¿Saben cuántos recibió la peor defensa de toda la pasada ACB, el también descendido a la Liga LEB Oro, Real Betis Energía Plus?... 91.05. ¿Saben cuántos lleva en contra de media el Unicaja esta pretemporada?... ¡¡¡91.4!!!

O sea, que el equipo verde está defendiendo en este mes de preparación peor que los equipos que bajaron de categoría el pasado curso. El dato es aterrador.

El Unicaja ha recibido más de 92 puntos en cuatro de sus cinco amistosos, solo en el que ganó al Montakit Fuenlabrada en Puertollano tuvo un mejor registro defensivo, encajando 82. El resto de los rivales han «matado» a los verdes a base de canastas de todo tipo.

El principal problema parece que está atrás porque el Unicaja acumula 392 anotados en estos mismos partidos, una media bastante plausible de 78.4, pero insuficiente para ganar ante la sangría que ha sufrido en canasta propia.

Es evidente que la pretemporada está para trabajar, para probar cosas y para que los jugadores carguen las pilas ante lo que está por venir. Pero el caso es que a 11 días para que arranque la temporada de forma oficial, al Unicaja se le ve muy lejos de su objetivo, sobre todo en ese celo defensivo que por ahora brilla por su ausencia.

Estos primeros partidos han dibujado un nuevo Unicaja que jugará de forma muy diferente al de Joan Plaza de este último lustro. Casimiro propone un baloncesto mucho más rápido que el del catalán, con transiciones sin especular con el reloj de posesión, con mucha verticalidad y el objetivo claro de anotar muchos puntos. Cuando el técnico logre aplicar su «libreto», está claro que la grada del Carpena se va a divertir con un equipo que intentará ganar a base de espectáculo. El problema es que por ahora las cosas en ataque salen solo a veces y atrás el Unicaja sufre siempre.