El baloncesto es un deporte de muchos pequeños detalles. La evolución de nuestro deporte es muy grande. Todos trabajamos para ganar, cada uno usando las herramientas que considere oportunas por filosofía de juego y por características de los jugadores que entrena. Ahora, el conocimiento del rival es grande. Es más fácil conseguir partidos del equipo al que te enfrentas, aunque todavía esto de conseguir partidos deje que desear según la Liga en la que compitas. Pero más o menos puedes conseguir algunos.

Conoces a los jugadores del contrario. Quién tira, quién penetra, si tienen un pívot que juega al poste bajo, si hacen pick and roll o pick and pop. Tienes claro quién o quiénes se van a jugar los tiros decisivos. Analizas sus estadísticas. Sabes quiénes son sus anotadores, quiénes meten los tiros libres y quiénes no. Informas de todo a tus jugadores durante la semana. Haces montajes de vídeo para que tus jugadores vean con imágenes todo aquello que crees importante de los jugadores rivales y de la forma de jugar del equipo al que te enfrentas. Entrenas aquellos detalles tácticos en los que consideras que tu rival obtiene más puntos o ventajas. Estudias cómo defender o anular esos puntos fuertes de ellos y trabajas el plan que has diseñado para contrarrestarlos.

Estableces un plan de partido para intentar ganar. Seleccionas qué movimientos ofensivos usarás más, a qué jugadores rivales quieres atacar. A veces hasta cambias algún aspecto de tu juego buscando ganar este partido. Cada semana es lo mismo. La misma rutina, aunque es diferente porque el contrario cambia. Todo esto a veces te despista. Ves partidos del equipo al que te enfrentas, los estudias pormenorizadamente. Pero te olvidas de ver tus propios partidos para intentar conocer qué hacéis mal buscando mejorar a tu equipo.

Cometes el grave error de conocer mejor al rival que a tu propio equipo o de jugar siempre en función del equipo al que te enfrentas.

Todo esto está muy bien. Es un trabajo bonito que debes hacer. Gastas muchas horas delante del ordenador pero es necesario y, ya digo, muy bonito. Pero, ¿ganas gracias a esto? Creo que no. Esta labor de scouting y análisis te ayuda a ganar, a veces mucho, pero no ganas gracias a esto exclusivamente. Hay detalles del juego que me parecen mucho más importantes y que te hacen ganar muchos más partidos.

Veo fundamental tener los mejores jugadores posibles, reclutar el mayor talento que esté en tu mano. Es evidente que esto no siempre depende de ti, hay muchas circunstancias que te impiden tener en el equipo a los jugadores que más te gustan y tendrás que adaptarte a esas circunstancias.

A partir de aquí, debemos partir de la base de que nuestro principal objetivo es ser mejores cada partido gracias a que queremos hacer mejores a nuestros jugadores. En mejorarles, tanto individualmente como colectivamente, hay que gastar muchas horas.

Pero yendo estrictamente al hecho del partido, me parece imprescindible ganar el rebote. Si en cada partido tu equipo coge más rebotes que el rival es muy difícil que puedas perder. Pocas veces pierdes un partido si ganaste el rebote. Al rebote le sumo los tiros libres. Los equipos que no fallan tiros libres ganan partidos. Intentamos focalizar la atención del equipo en estos dos aspectos del juego en cada partido, mi experiencia me dice que los dos sumados te hacen ganar muchos partidos.

A estos dos aspectos les sumo otros dos, aunque un escalón por debajo. El primero, minimizar canastas fáciles del contrario. Evitar canastas en bandeja o debajo del aro, contraataques o tiros libres. El segundo, no perder balones, un detalle que hace que el contrario no meta puntos fáciles tras recuperación de balón e implica que tiréis más veces a canasta.

Si tu equipo hace bien estos cuatro detalles ganas partidos. Es más, ganas competiciones. Es evidente que dominar los cuatro es de una complejidad muy alta. Escribirlo está chupado. Hacerlo es muy difícil. El resto de aspectos suman y tienen su importancia. Pero si aceptas mi consejo y quieres ganar partidos presta atención a estos cuatro detalles del juego. Ya me dirás qué pasó...