Un Unicaja superlativo, intenso, concentrado, descarado, sin miedo a nada, con carácter y con mucha hambre tocó la gloria con los dedos en el Wizink Center (77-81, a 2:32 del final) ante un Real Madrid que sufrió de lo lindo para mantener su liderato y su inmaculada racha de victorias (89-82).

¡Qué pasada! ver competir al Unicaja como lo hizo este domingo en Madrid. Una alegría, por mucho que al final la victoria se escapara en el último minuto y medio en el que faltó algo de puntería y esa pizca de suerte siempre necesaria en los partidos que se deciden en un cara o cruz final.

Este Madrid es mucho Madrid. Para el Unicaja y casi para cualquier equipo de Europa. Vigente campeón de prácticamente todo, el equipo de Pablo Laso demostró una vez más que tiene una plantilla inagotable, que juega de memoria, que «mata» a sus rivales desde el perímetro y/o desde debajo del aro y que, en definitiva, está a otro nivel. Casi al de una franquicia europea de la mismísima NBA.

Porque el Unicaja hizo un partidazo en el Wizink Center. Tuvo sus idas y venidas, pero mostró durante muchísimos minutos hechuras de equipo serio que quiere ser competitivo contra cualquiera y que quiere agradar a su gente con un baloncesto vertical y atractivo. Con lo que puso sobre el parqué, podría bastarle para ganar en el 90% de las pistas que visite este curso en la Liga Endesa y en la Eurocup, pero ante el mejor equipo de Europa le fue insuficiente. Una verdadera lástima.

No es cuestión de pecar de conformismo, pero hay derrotas y derrotas. La de Vilnius del otro día, por ejemplo, dolió bastante ante un rival muy inferior en lo deportivo y en lo económico. Ésta, sin embargo, no hace más que subir la moral a la «marea verde» en este arranque de temporada. Y es que todos sabíamos que lo de ayer en el Wizink Center era un «más difícil todavía». Lo normal era que pasara lo que pasó, lo bueno fue esta vez la «forma» de perder, con la cabeza muy alta y provocando el pavor en la afición rival.

Es todavía muy pronto para sacar conclusiones. Pero después de semana y media de temporada hay muchas señales que invitan a un moderado optimismo en el «unicajismo». Por ejemplo, parecía que la marcha de Nedovic iba a ser traumática y, por ahora, nada que ver. Este nuevo Unicaja no parece depender en ataque de nadie Contra los blancos, sin ir más lejos, no apareció Jaime Fernández (vital en los partidos anteriores) y el equipo supo y pudo competir hasta el bocinazo final.

También había ciertas dudas sobre si la plantilla estaba equilibrada o no. Después de 160 minutos de juego, 80 de ellos ante Valencia Basket y Real Madrid, a mí me parece que sí que hay mucha amenaza exterior, pero que el equipo también tiene consistencia en la zona, esperando todavía que Viny Okouo pueda incluso aumentar el potencial del equipo bajo los aros, cuando el canterano esté preparado para ayudar.

Mención especial esta vez, por cierto, para Dragan Milosavljevic, que jugó su mejor partido desde que viste de verde. Brutal en ataque y serio en defensa, el serbio fue clave en la remontada del tercer cuarto y actor principal de la exhibición cajista sin premio.

El arranque del partido fue ilusionante. Dos triples seguidos de Wiltjer pusieron el 4-11 en el marcador. Pero la alegría duró poco. El Madrid se puso las pilas, Tavares cogió protagonismo en ambos lados de la pista y un parcial de 17-2 puso a los merengues con 8 de ventaja, 21-13. Este nuevo Unicaja de Casimiro tiene muchas cosas buenas. Una es que no se descompone. A base de trabajo, de mejoría en defensa y de acierto en ataque, el equipo verde fue capaz de darle la vuelta al marcador recién inaugurado el segundo cuarto, 22-23. Pero la alegría volvió a ser efímera porque Carroll cogió su fusil y los de Laso llegaron a mandar por 15 antes de que el descanso mandara a los vestuarios a unos y otros con un 48-36 que parecía decisivo, pero...

El Unicaja se creció tras el descanso, empezó a remar y a remar y a remar y antes de arrancar el último cuarto estaba otra vez por delante, 62-64. El partido estaba condenado a un cara o cruz final. Los verdes se pusieron 4 arriba, 77-81, con solo dos minutos y medio por jugarse. Laso pidió un tiempo, sus jugadores apretaron en defensa, Tavares acertó desde el tiro libre cuatro veces seguidas y Rudy sentenció con un triple.

Pocas veces una derrota puede ser tan dulce y tan amarga a la vez. Este lunes, no obstante, cambio de chip. El martes llegan los alemanes del Skyliners al Carpena en la segunda jornada de la Eurocup.

FICHA

89 - Real Madrid (21+27+14+27): Llull (6), Taylor (6), Causeur (5), Randolph (10) y Tavares (14) -cinco inicial-, Fernández (4), Campazzo (13), Reyes (10), Carroll (10), Deck (6), Kuzmic (2) y Prepelic (3).

82 - Unicaja (15+21+28+18): Roberts (12), Fernández (5), Díez (2), Wiltjer (11) y Shermadini (13) -quinteto titular-, Díaz (3), Salin (8), Milosavljevic (15), Waczynski (3), Lessort (5) y Suárez (5).

Árbitros: Miguel Ángel Pérez Pérez, Luis Miguel Castillo y Martín Caballero. Eliminaron por faltas a Brian Roberts (min 40).

Incidencias: Partido de la tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center de Madrid ante 8.217 espectadores. Antes del inicio, se guardó un minuto de silencio en memoria de Josep Lluís Cortés, exjugador del Real Madrid de 1958 a 1962 recientemente fallecido.