El Unicaja quiere esta tarde aprovechar el cansancio del Herbalife Gran Canaria, ya inmerso en la vorágine que supone compaginar Euroliga y ACB, para mantenerse en los puestos altos de la clasificación en la Liga Endesa y seguir con la buena dinámica mostrada como local, donde acumula dos victorias (una en Liga y otra en Eurocup).

Además, el duelo entre malagueños y canarios tiene miga. Este partido ya es un clásico del básket nacional, con una rivalidad que ha crecido en las últimas temporadas y que llega con morbo después de que Luis Casimiro abandonara a los amarillos para entrenar al Unicaja.

Y es que, tras dos temporadas dirigiendo al conjunto isleño, el manchego decidió no renovar allí e irse por todo lo alto después de dejar al Herbalife Gran Canaria clasificado para la Euroliga, un hito histórico en el conjunto canario. Precisamente, el equipo ahora dirigido por Salva Maldonado, está inmerso en ese difícil aprendizaje de compaginar dos competiciones tan exigentes como Euroliga y ACB, más si cabe con el formato actual de la máxima competición continental, en el que ningún rival da tregua y te lleva al máximo de exigencia.

El Herbalife saltará al Carpena casi recien aterrizado de su viaje a Turquía, donde debutó en Euroliga ante el Fenerbahce, uno de los transatlánticos del Viejo Continente y que sometió a los amarillos (97-72).

Ahora, el «Granca» está en la situación con la que el Unicaja afrontaba el curso pasado la Liga Endesa, tras largos viajes, cansancio físico y mental acumulado que hicieron mella a lo largo del curso. En todo caso, envidia máxima del privilegio que este año tiene el Herbalife y por el que suspira volver el Unicaja. Ganar hoy, a un rival directo como el equipo canario, sería poner otra piedra para ello.