El paso de la Euroliga a la Eurocup ha hecho disminuir considerablemente el presupuesto del equipo malagueño para desplazamientos en esta temporada. Media docena de vuelos privados contrató el equipo el pasado curso, con un coste medio que sobrepasa los 60.000 euros por viaje, para hacer más cómoda la complicada vida de un club en la Euroliga, con hasta tres partidos por semana.

El Unicaja, eso sí, no deja de lado las comodidades que aporta un chárter, y para su salida de esta semana ha contratado uno para ir a Montenegro. El equipo malagueño se mide el miércoles al Bar Mornar, y las complicadas conexiones hasta la ciudad montenegrina han hecho que el club haya fletado un vuelo privado. El equipo se entrenará por la mañana en Málaga y por la tarde viajará hasta Podgorica, la capital del país balcánico. Desde Podgorica, una hora en autobús hasta Bar, la población en la que se disputará el encuentro este miércoles. La distancia es de sólo 55 kilómetros, pero se trata de una zona del país muy deteriorada y las vías de comunicación no son las mejores.

El viaje sólo lo harán 20 integrantes de la plantilla del club, ya que si hubiera más peso el pequeño aparato debería parar para repostar combustible, lo que aumentaría la duración del trayecto. Y se trato de todo lo contrario, que el viaje sea lo más cómodo y corto posible, para que los jugadores puedan descansar.

Por este motivo, la expedición cajista regresará a Málaga nada más que concluya el partido. El choque se celebra a una hora muy temprana (18.45 horas), por lo que tras la cita, de nuevo al autobús y viaje a Podgorica, donde le esperará el avión privado para regresar a Málaga. La plantilla ya podrá dormir ese miércoles de madrugada en casa, con lo que se facilita la recuperación. El Unicaja vuelve a jugar fuera este fin de semana en la Liga Endesa, ya que visitará al Baxi Manresa el sábado a las 20.30 horas.

No hay que olvidar que el primer viaje de la temporada en la Eurocup fue un cúmulo de problemas. El Unicaja se midió al Rytas lituano en el debut de la competición y no pudo llegar a la capital báltica hasta el mismo día de partido. El equipo verde salió con retraso de Málaga y no pudo tomar el enlace desde Copenhague a Vilnius por lo que tuvo que tomar un vuelo a Estocolmo, para madrugar, en la misma mañana del partido, y llegar a tiempo para jugar el partido.